JOSÉ BELTRÁN | Director editorial de Vida Nueva
VIERNES 26. Rueda de prensa en la Conferencia Episcopal. Cambio de escenografía. Desaparece la mesa. Lo sustituye un atril. Yo veo un ambón. Los cámaras de televisión dan su bendición. El cómo se dice es tan relevante como el qué se dice. Está claro que sin fondo no hay forma. Pero las maneras cuentan. Y mucho. Un acierto el ambón. Perdón, el atril.
DOMINGO 28. Catedral de la Almudena. Preside el nuncio. Le acompañan Juan del Río y los dos auxiliares de Madrid. Relajados. Fratini recuerda que Pedro está al frente porque está al servicio. “Es el que más ama porque es el siervo de los siervos. Sirve con amor y por amor”. Francisco cala.
LUNES 29. Herrera se presenta en su nueva onda. Ocurrente, que no recurrente: “Los que marcan la X de la Iglesia no me pagan; me pagan los anunciantes”. Promete ser fiel al humanismo cristiano. También a su escatología en antena. Una cosa no quita la otra. Siempre con humor. “No al encabronamiento social”. Confiesa que bromeó con Blázquez cuando fue a presentarle sus respetos: “Soy el primer católico practicante de cuantos fichajes ha hecho COPE para las mañanas”, le soltó. Blázquez sonrió.
MARTES 30. Recepción en Nunciatura. El calor parecía que echaría a alguno para atrás. Pero ahí estaba hasta Paloma Segrelles. Hace su entrada el cardenal Rouco Varela. Hay quien me dice que tengo fijación con él. Lo cierto es que siempre me ha resultado interesante observar cómo se mueve según el contexto. No le pude saludar. Estuve cerca. Fue imposible. No porque huyera o levantara un muro. Tenía lista de espera. Palabra. Y el pack del besamanos incluía selfies. Todo gratis.
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En el nº 2.948 de Vida Nueva.