XIMENA PERES ARENAS | Universidad Católica Boliviana “San Pablo”
La visita del papa Francisco a Bolivia es un momento de bendiciones, porque todo el país la necesita. Los mensajes que ofrece el Papa están en relación a nuestra cotidianidad. Pongamos un ejemplo: el mensaje que nos viene repitiendo en relación al “salir afuera” no es el de una persona que está adentro, que no hace nada, sino que se involucra con el quehacer de la gente. Y ejemplos de esos nos los brinda permanentemente a los sacerdotes, consagrados y laicos, mensajes que nos invitan a salir a la calle, subir a las laderas, brindar servicios…
Y algo que me sorprende, y que deberíamos retomar sin demora, es esa idea de que antecedemos a Dios siendo humildes nosotros. Esa es la única forma, porque dónde más vamos a anteceder a Dios si él está antecedido; pero sí le antecedemos más si nos volvemos humildes.
Es también este un momento en que los bolivianos, en que todas las familias del país, tendríamos que aprovechar para reflexionar; pero no solo para hacer una reflexión religiosa, sino más sobre lo que estamos haciendo, criando, educando y formando. No solamente a nuestros hijos, sino a los jóvenes, porque los valores que antes nos inculcaban se referían a no mentir, no robar, no matar… que son los de los mandamientos que deberíamos cumplir. Pero ahora, con un papa como Francisco, es también importante apropiarnos de valores para que formen parte de nuestra vida, que edifiquen nuestra persona. Y eso, de alguna manera, estoy convencida de va a producir una nueva vibración en la juventud.
Yo no soy de las personas pesimistas que hablan de los adolescentes y jóvenes negativamente. Pienso que es muy importante darles oportunidades y, con la venida del Papa, tienen que tener una oportunidad. Es verdad que será transitoria, solo de tres días, pero la visita de Francisco debería dejar huella, y esa huella es la que propiciará que nosotros realmente cambiemos en una presencia de Dios, digna, valorándonos como bolivianos, respetándonos y, sobre todo, marchando juntos.
En la Universidad, con los estudiantes, hemos hablado mucho de esta visita y hemos desarrollado dos talleres que denominamos “Api [bebida típica de los Andes bolivianos] con el Papa”, en los que han participado autoridades, docentes y estudiantes, organizados por la pastoral universitaria. Han sido muy interesantes. En uno de ellos, ahondado en la parte de la autobiografía del Papa, me encandiló una de sus frases que aparecía entre otras muchas: “Oler a oveja”. Es cierto: los pastores de la Iglesia son importantes para las ovejas y, por tanto, deben oler como ellas. Y eso de “las ovejas” nos permite desafíos y riesgos, pero también nos motiva a salir, a cambiar y a propiciar un giro en nuestro día a día.
En la Universidad Católica Boliviana sí se ha fomentado y mirado la venida del Papa. Además, se realizó un sorteo para ver quién iba a ir a la catedral de La Paz al encuentro con el papa Francisco y yo he sido seleccionada. Me siento realmente bendecida con esto.
En el nº 2.949 de Vida Nueva
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