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‘¿Extraños amigos? Cuando ciencia y fe se aventuran al diálogo’


Una obra de Ana Rota y Fernando Cordero, SS. CC. (San Pablo). La recensión es de Antonio García Rubio

¿Extraños amigos? Cuando ciencia y fe se aventuran al diálogo, Fernando Cordero y Ana Rota (San

Título: ¿Extraños amigos? Cuando ciencia y fe se aventuran al diálogo

Autores: Ana Rota y Fernando Cordero, SS. CC.

Editorial: San Pablo

Ciudad: Madrid, 2015

Páginas: 216

ANTONIO GARCÍA RUBIO | Participar en el inicio de una aventura de diálogo entre personas diferentes, que se reconocen como tales y que, a su vez, parten de un encuentro previo que ha alentado la fraterna amistad en ellos, es un aliciente para el buscador sano o para cualquier persona que desee aprender los mil modos y maneras de ir avanzando en el camino del conocimiento y de la comunicación entre los seres humanos. Y más en una época tan cargada de detalles positivos como los que podemos conocer a través de la lectura de ¿Extraños amigos?; o de detalles negativos o violentos como los que transmiten los medios de comunicación; o de desencuentros y enfrentamientos entre diferentes provenientes de la vida cotidiana.

En este libro, amigo lector, encontrarás motivos más que justificados para adentrarte en una selva plagada de pistas que facilitan el encuentro entre dos mundos aparentemente irreconciliables y enfrentados durante siglos: la ciencia y la fe.

Firman estas páginas al alimón dos ensayistas puros y nobles, bien anclados cada cual en su mundo y con un trabajo diario en el mundo de la educación, pero abiertos –desde la simpatía y empatía amasadas gracias a su colaboración en un mismo medio de comunicación– a un diálogo responsable y constructivo. Un diálogo en el que ponen en juego su saber y credibilidad. Lo hacen, además, empleando un lenguaje que ayude tanto a su encuentro interpersonal como a ese otro encuentro que busca un libro así: el del diálogo empático con el lector. Y lo consiguen.

Los dos autores con los que nos interrelacionamos en esta lectura son: Ana Rota (Madrid, 1968), que se inicia como escritora con este libro. Ingeniera técnica de Topografía por la Universidad Politécnica de Madrid, Rota es docente en temas de calidad y topografía, imparte clases en Secundaria y Bachillerato de Matemáticas y Física y colabora en la Revista 21.

Por su parte, Fernando Cordero (Algodonales, 1971), religioso de los Sagrados Corazones, es Licenciado en Periodismo y pastoralista en el Colegio Padre Damián de Barcelona de su congregación; fue párroco en los Sagrados Corazones de Sevilla y en El Buen Pastor de San Fernando (Cádiz). Además de colaborar en las revistas Vida Nueva, 21 y el semanario Catalunya Cristiana, es autor –entre otros títulos– del Vía Crucis del Corazón traspasado, MasterChef de la santidad, Amigos hasta la muerte (todos ellos editados por San Pablo) o Compañeros de Jesús (PPC).

La aventura de diálogo entre la ciencia (Ana) y la fe (Fernando) viene de una relación de vecindad digital, cada uno con su propio blog, en la revista 21. Una relación en la que “el respeto y el diálogo han primado en esta especie de intercambio epistolar plagado de buen humor, inteligentes metáforas y decidido empeño por encontrar un lenguaje asequible al otro”, según afirma la periodista Mª Ángeles López Romero en su prólogo.

Sin ánimo de convencer

Ana, con creatividad y chispa, se adentra en cuestiones complejas desde el punto de vista científico y asume las provocaciones positivas que Fernando le hace desde las referencias bíblicas en torno a contenidos y significados que nacen de los textos de la Escritura y que tienen eco en el mundo científico y en la vida real, tales como la creación y el Big Bang, el diluvio, la caída de las murallas de Jericó, los viajes de Moisés, la escalera de Jacob, la historia de Jonás… En todo se complementan, en todo se tienden puentes, ninguno intenta convencer al otro ni al lector. Uno y otra, desde la fe y la ciencia, entonan un bello canto que se entrecruza y que abre puertas de diálogo, de conocimiento, de espiritualidad, de esperanza y de salidas específicas de diálogo fructífero para el mundo de la docencia.

Al final, uno tiene la certeza de que el místico necesita del científico tanto “como el explorador necesita del trabajo del cartógrafo”, y viceversa.

En el nº 2.961 de Vida Nueva

Actualizado
23/10/2015 | 00:30
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