Locuras de amor

Alberto Iniesta, obispo auxiliar emérito de Madrid ALBERTO INIESTA | Obispo auxiliar emérito de Madrid

Después de crearnos con infinito amor y del fracaso del pecado humano, Dios quiso salvarnos enviando a su Hijo. Ya la creación del Universo fue una inmensa manifestación de su poder, su sabiduría, su hermosura y, sobre todo, su amor. Dios no hizo nada por casualidad, sino por su amorosa voluntad, manifestada sobre todo en la especie humana –varón y mujer–, hecha a su imagen y semejanza.

Sin embargo, cuando decide nuestra salvación, a pesar del pecado, su amor hacia nosotros se desborda. Si alguien nos hace un favor, nos manifiesta algo de su amor, y el amor es siempre creativo. Pero si para ello tiene que padecer libremente algún sufrimiento, parece que ese amor tiene para nosotros una fuerza especial, como sucede en la Pasión y muerte de Jesús.

Y fue el Padre el primero que tomó la iniciativa de perdonarnos y ayudarnos con la infinita disponibilidad del Hijo, enviando al Espíritu Santo para engendrar y preparar a Jesús de Nazaret, nuestro salvador, que nos manifestó de manera humana la caridad divina.

Ya toda su vida, palabras y milagros nos hablaban del amor de Dios, pero en la Cruz llegó a la máxima expresión de su amor hacia nosotros. De todos modos, reconozcamos que otros mártires, como el Padre Kolbe, aún tuvieron que sufrir físicamente más que Jesús en la Pasión. Y, sin embargo, el Señor padeció un dolor incomparablemente mayor, al cargar sobre sus hombros todos los pecados del mundo frente a la infinita santidad de Dios.

Y aun así, todavía hay una manifestación mayor del amor de Dios, cuando Jesús no solo da la vida por nosotros, sino que nos da su misma vida a nosotros en la comunión eucarística, no una, sino mil y mil veces, además de quedarse en un cachito de pan en el Sagrario, para acompañarnos en el Camino hacia la casa del Padre. ¡Locuras del amor maternal del Espíritu Santo, con la estrecha colaboración de su secretaria particular, la Madre de Jesús!

En el nº 2.961 de Vida Nueva.

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