Tres cuentos de Fragmenta (Halil Bárcena, Inês Castel-Branco y Àlex Tovar) para ayudar a los adultos a cultivar la calidad humana de sus. La recensión es de J. L. Celada
J. L. CELADA | Después de ocho años largos de andadura, Fragmenta Editorial acaba de lanzar el sello Pequeño Fragmenta, una serie de álbumes ilustrados de apenas medio centenar de páginas para que padres y educadores cultiven la sabiduría, la interioridad y la calidad humana en los más pequeños de la casa.
La directora de esta nueva colección infantil, Inês Castel-Branco, los califica de slow books, porque son “libros para leer sin prisas, como una experiencia compartida, historias exigentes de calidad, de proximidad (en el trato con autores e ilustradores y con el público) y, asimismo, universales (cuentos de otras tradiciones y culturas), de aspecto artesanal (el papel offset, las cubiertas sin plastificar, las ilustraciones con collage o acuarela, sin los colores planos del ordenador)”.
Tres son los títulos elegidos para la puesta de largo de este proyecto, y que han sido publicados simultáneamente en catalán, castellano y portugués:
- El primero de ellos son las Historias de Nasrudín, un puñado de cuentos versionados por el periodista e islamólogo cántabro Halil Bárcena e ilustrados por la catalana Mariona Cabassa. Su protagonista es un personaje del Oriente islámico, a caballo entre la historia y la leyenda, cuya espontaneidad para hablarnos de la vida con cualquier pretexto (las llaves, la pesca imaginaria, la luna y el sol, las encinas y los melones, la dos espadas, el avaro que no sabía nadar, los tigres, los colicorpios, el secreto de la felicidad y las habladurías de la gente) constituye un buen ejemplo del rico patrimonio de la literatura oral de los sufíes y una oportunidad única para que niños y adultos se rían y piensen juntos con las ocurrencias de este sabio loco.
- La portuguesa Inês Castel-Branco es la autora de Respira, el diálogo entre un niño y su madre a la hora de ir a la cama, pero que podría producirse en cualquier lugar y momento del día. En realidad, se trata de un ramillete de ejercicios ilustrados y adaptados para ayudar a los más pequeños a tomar conciencia de su respiración. Hinchar globos, oler rosas o lanzar el cohete son algunas de las originales propuestas, inspiradas en el yoga o el taichí, que Inês desarrolla y que ella misma ha practicado con sus tres hijos. Una útil herramienta para que todos aprendamos a vivir con mayor profundidad a partir del acto más sencillo, cotidiano y necesario: respirar.
- Tirar del hilo –imaginario y narrativo– es lo que nos sugiere Funámbulus, con texto del alicantino Àlex Tovar e ilustraciones de la catalana Àfrica Fanlo, un cuento sobre el arte de vivir en equilibrio. Miedos (vértigos), cambios (nudos) y pruebas surcan la lectura de estas páginas como metáfora del camino que emprende cada persona. El experimentado equilibrista que nos guía a través de ellas desafía nuestra creatividad mientras comparte algunos de sus consejos para no caer al vacío. Todo un ejercicio de malabarismo escrito y visual para enseñar a las nuevas generaciones a no perder la cuerda de la vida.
Asegura la directora de Pequeño Fragmenta que “un buen libro infantil es también un buen libro para los adultos, porque es capaz de emocionar, de transformar y de interpelar”. Aquí tienen tres excelentes ocasiones –con sus respectivas “guía de lectura para ir más a fondo”– de comprobar cuánta verdad encierran sus palabras.
En preparación
A los libros comentados se sumarán próximamente tres nuevos títulos:
- Tu canción, en versión, de Inês Castel-Branco, ilustrado por María Ella Carrera y con una guía de lectura de Javier Melloni.
- ¿Dónde está la luna?, un texto de Jordi Amenós con ilustraciones de Albert Arrayás.
- Libro del gentil y de los tres sabios, original de Ramon Llull, adaptado por Ignasi Moreta e ilustrado por Àfrica Fanlo.
En el nº 2.970 de Vida Nueva