EDITORIAL VIDA NUEVA | Es fiebre electoralista que suele contagiar a las fuerzas políticas para parecer modernas: agitar la bandera laicista, pedir el fin de los Acuerdos Iglesia-Estado y atacar cualquier signo religioso de la vida pública. Le sucedió al secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, durante la pasada campaña. No así al que se ha convertido en el presidente del Congreso de los Diputados.
Patxi López, ateo declarado, en plena campaña electoral pronunció un discurso interno en la convención de Cristianos Socialistas que ahora desvela Vida Nueva y en el que abandona las estereotipadas tesis de la izquierda que reduce la religión al ámbito personal.
El que fuera lehendakari aboga por una “dimensión colectiva y social” de la fe, con un “compromiso público” y desde un sano concepto de laicidad neutral del Estado. Incluso llega a plantear a su partido la Evangelii Gaudium de Francisco como el modelo de programa económico para el PSOE.
Ojalá, desde el cargo que ahora asume, sepa promover el Pleno esta visión integradora del hecho religioso, como un pilar básico para fomentar la convivencia y la construcción de nuestra democracia, especialmente en estos tiempos de incertidumbre.
En el nº 2.973 de Vida Nueva. Del 23 al 29 de enero de 2016
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