MARÍA PÉREZ | En la mañana de hoy, miércoles 29 de junio, solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, Francisco ha celebrado en la Basílica de San Pedro la tradicional bendición y entrega del palio a los 25 nuevos arzobispos metropolitanos nombrados durante el año. En esta ocasión, son dos los pastores españoles que han acudido a recibir el palio de manos del Papa: Juan José Omella, arzobispo de Barcelona; y Fidel Herráez, arzobispo de Burgos.
El palio es una vestidura litúrgica con forma de banda de lana blanca, adornada con seis cruces de seda, cosida en forma circular, que rodea los hombros del arzobispo, con dos tiras que caen sobre la espalda.
Su rito de entrega y bendición fue modificado el año pasado por Francisco: si antes era el propio Papa quien lo imponía, ahora solamente los bendice y entrega, dejando la imposición al nuncio de cada país. En el caso de España –y todavía sin una fecha fijada–, será el nuncio Renzo Fratini quien lo imponga a los arzobispos de Barcelona y Burgos en sus respectivas catedrales, símbolo del vínculo de comunión entre el Papa y las Iglesias de todo el mundo.
Durante su homilía, Francisco ha recorrido las lecturas de la solemnidad de san Pedro y Pablo (Hechos de los apóstoles 12, 1-11; Salmo 33; carta de san Pablo a Timoteo 4; Mateo 16, 13-19); con una idea central: “La Palabra de Dios de esta liturgia contiene un binomio central: cierre-apertura. A esta imagen podemos unir el símbolo de las llaves, que Jesús promete a Simón Pedro para que pueda abrir la entrada al Reino de los cielos, y no cerrarlo para la gente, como hacían algunos escribas y fariseos hipócritas a los que Jesús reprende”.
Así, ha recordado que durante los encierros, “la oración es la principal vía de salida: salida de la comunidad, que corre el peligro de encerrarse en sí misma (…). La oración, como humilde abandono en Dios y en su santa voluntad, es siempre una forma de salir de nuestros encierros personales y comunitarios”.
También ha hablado de la principal “tentación que existe siempre para la Iglesia: cerrarse en sí misma de cara a los peligros”. Frente a esta tentación, una solución inequívoca: “La oración permite a la gracia abrir una vía de salida: del cerramiento a la apertura, del miedo a la valentía, de la tristeza a la alegría, de la división a la unidad”.
Finalmente, ha agradecido la presencia de la delegación enviada por patriarca ecuménico Bartolomé para participar en la celebración, “una fiesta de comunión para toda la Iglesia”.
Los 25 los arzobispos metropolitanos nombrados por Francisco este año son: