Un libro de Erri de Luca (Ediciones Sígueme) La recensión es de Cristina Inogés Sanz
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Título: Y dijo
Autor: Erri de Luca
Editorial: Ediciones Sígueme
Ciudad: Salamanca, 2016
Páginas: 112
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CRISTINA INOGÉS SANZ | Descubrí a Erri de Luca con Las santas del escándalo (Sígueme, 2015) y me fascinó de tal modo su arte de narrar, que me propuse leer cuanto publicara. Y dijo no me ha defraudado. Al contrario, ha reafirmado mi confianza en su prosa poética, que pone en guardia todos los sentidos. En apariencia, es un libro sencillo, corto y manejable, pero conforme te adentras en su lectura, se percibe que trata de la sacralidad contemporánea de forma admirable, profunda, bellísima.
Parece que el escritor napolitano estuviera allí, cual paparazzi agazapado tras una roca, viendo, en primera línea, lo que sucedía el día en que debía nacer la alianza entre Dios y el hombre. De Luca no reinterpreta, más bien nos re-narra la historia de Moisés, su ascenso al Sinaí y el descenso con la ley que Dios escribe a fuego en la roca.
El libro se inicia con la subida y describe con tal detalle la escalada de este arriesgado alpinista –que “siente el cielo como una segunda piel”–, que, además de percibir el viento y la dureza de la roca, es imposible no acabar poniendo en tensión los músculos de las piernas para acompañar a Moisés en el esfuerzo.
Su regreso al campamento, cuando ya nadie lo espera, es sorprendente. Solo pregunta: “¿Quién soy yo?, ¿quién soy yo?”. ¿Qué ha pasado en el Sinaí? ¿No se reconoce? De Luca nos descubre a un Moisés que ha visto la potencia creadora de Dios –“Yo Soy”–, pero también su potencia destructora.
El autor, gran conocedor autodidacta del hebreo, pone ante sus ojos los mandamientos y abre nuestra curiosidad con la llave de su creatividad. Y lo hace reinterpretando el significado de los mandamientos en un ir y venir del presente de Moisés (nuestro pasado) a su futuro (nuestro presente), con situaciones no tan conocidas para Moisés y el pueblo de Israel, en algunos casos, pero sí para nosotros. En definitiva, un Decálogo actualizado para nuestras sociedades liberales. “No robarás. Si la persona es degradada a ser una mercancía, un botín, el que la reduce a esto es un ladrón”.
Moisés y el pueblo de Israel aprendieron que “la escucha es una cisterna en la que se vierte agua del cielo escanciada con gotas de sílabas”. La sensibilidad poética en estado puro. Lenguaje universal, contemporáneo, eterno.
Erri de Luca sitúa a las mujeres, tranquilamente, a los pies del Sinaí. La ley es para los hombres; está redactada en masculino. Ellas son el producto acabado, el culmen de la experiencia creadora de Dios. Tienen espacio y voz.
Y dijo es un libro breve pero intenso, como el buen café. Lleno de imágenes y rebosante de espiritualidad, que le sirve al autor para reafirmarse en su postura de eterno extranjero que comparte “el viaje del judaísmo, no la llegada. Nada de tierra prometida, mi casa está en los márgenes del campamento”.
Estamos ante una joya de libro, que bien podría formar parte de la bibliografía recomendada en cualquier curso de homilética por lo creativo y fresco del lenguaje. Es un libro aconsejable para creyentes y no creyentes dispuestos a descubrir, o redescubrir, la Palabra de Dios; eso sí, de forma alternativa.
En el nº 2.998 de Vida Nueva