RAÚL BERZOSA, obispo de Ciudad Rodrigo | 1. ¡Se abre el telón!… El papa Bergoglio ha anunciado la canonización de madre Teresa de Calcuta para el próximo 4 de septiembre de 2016. Junto a cinco beatos: José Sánchez del Río (México); el Cura Brochero (Argentina); Elizabeth Hesselblad (Suecia); Estanislao de Jesús y María (Polonia). La canonización de la conocida también como “Santa de los pobres” será uno de los eventos más destacados del Jubileo de la Misericordia. El mismo día se celebrará el Jubileo de los voluntarios y operadores de la misericordia, en memoria justamente de la madre Teresa, cuya fiesta es el 5 de septiembre, fecha en la que nació para el cielo, en el año 1997.
El papa Francisco recordó, durante su viaje a Albania, que conoció a la madre Teresa de Calcuta durante el Sínodo de 1994. Era una mujer que no se dejaba impresionar fácilmente, ni siquiera por los obispos, y “decía siempre lo que quería decir”… “Estaba sentada justo detrás de mí durante los trabajos. Admiré su fuerza, la decisión de sus intervenciones”. Y el pontífice Francisco añadió en tono de broma: “¡Me habría dado miedo si hubiera sido mi superiora!”.
El Papa, el 7 de febrero de 2014, en una homilía en Santa Marta, exclamó: “Pienso en esa oscuridad de la Beata Teresa de Calcuta”. Ella atravesó también momentos de angustia y de oscuridad en el alma. La mujer a la que todo el mundo alababa, en un momento de su vida solo tenía oscuridad en su interior. Como Teresa de Calcuta, nos hará bien preguntarnos sobre nuestro discipulado: ¿anunciamos a Jesucristo? ¿Vamos por el camino de Jesucristo? ¿El camino de la humillación, de la humildad, del abajamiento por el servicio? Y si vemos que no somos firmes en esto, preguntarnos: “¿Cuándo tuve ese encuentro con Jesucristo que me llenó de alegría?”. Y volver a ese encuentro, volver a la primera Galilea del encuentro. ¡Todos nosotros tenemos una! ¡Volvamos allí! Reencontrémonos con el Señor y vayamos hacia adelante en este camino tan bello, en el que Él debe crecer y nosotros menguar.
Sin duda, se haría eco de las claves que san Juan Pablo II subrayó en la Misa de Beatificación el día 19 de octubre de 2003. Las resumimos en los siguientes apartados que aparecen a continuación:
“La oscuridad del alma, esa oscuridad que purifica como Jesús en el huerto de los olivos. Y Jesús respondió a Juan como el Padre respondió a Jesús, consolando. Esa oscuridad del hombre de Dios, de la mujer de Dios. Pienso en ese momento de oscuridad en el alma de la Beata Teresa de Calcuta ¿no? Ah, la mujer a la que todo el mundo alababa. ¡Premio Nobel! Pero ¡ella sabía que en un momento de su vida, largo, había solo oscuridad en su interior¡ (…)”. Homilía del 7-2-2014 en la casa Santa Marta.
Publicado en Imágenes de la fe (nº 504, junio 2016).