ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma
Era imposible visitar o entrevistar al padre Gabriele Amorth y no salir impresionado. Este religioso paulino, famoso en el mundo entero por sus decenas de miles de exorcismos (se le atribuyen 70.000 entre 1986 y 2007), trataba a Satanás como a un viejo conocido. Con su estola, agua bendita y un crucifijo, se enfrentaba a él con un arrojo digno de una estatua de san Jorge.
Hablar con él era fuente inagotable de historias escalofriantes, pero, al contarlas, no olvidaba nunca añadir un comentario irónico o humorístico. En el infierno su muerte habrá sido acogida con alivio.
Publicado en el número 3.004 de Vida Nueva. Ver sumario
