M. GÓMEZ | Poco más de un año ha estado vacante la sede de Menorca, desde que su obispo, Salvador Giménez Valls, fuera trasladado a Lleida en septiembre de 2015. Quien ocupará ahora la cátedra menorquina será el sacerdote Francisco Simón Conesa Ferrer, según ha comunicado la Santa Sede hoy jueves 27 de octubre. Conesa tiene 55 años y es el actual rector de la Basílica de Santa María de Elche (Alicante).
En su primer mensaje a sus nuevos fieles, el nuevo obispo asegura que “aun sin conoceros personalmente, os llevo ya en el corazón”. Conesa apunta al “oficio de amor” que supone ser pastor, como su actitud a la hora de ejercer su nuevo ministerio episcopal: “El Año Santo que estamos viviendo nos está ofreciendo la oportunidad de contemplar el misterio de la misericordia de Dios y, de esta manera, comprender que el amor, el perdón y la generosidad de corazón son claves para la existencia de cualquier cristiano y muy especialmente del sacerdote”.
Francisco Simón Conesa agradece “el don inmerecido del episcopado” a Dios y al papa Francisco, a “mi querida Diócesis de Orihuela-Alicante” donde ha trabajado siempre hasta ahora y “muy especialmente, a la Basílica de Santa María [el templo más importante de la ciudad y que alberga a su patrona], donde me he encontrado realizado como pastor y como creyente”.
“Acudo a Menorca con actitud de servicio, deseando estar a disposición de todos los que formáis la rica comunión diocesana: sacerdotes, religiosos y laicos”, enumera en su mensaje. Y sigue “Como dice la Escritura, no somos señores de vuestra fe, sino colaboradores de vuestra alegría. Os pido que me ayudéis a ser vuestro obispo, que me enseñéis cómo debo ejercer el ministerio y, por supuesto, que me tengáis desde ahora mismo presente en vuestras plegarias”.
Entre sus prioridades, el nuevo obispo señala concretamente a los más necesitados: “Tendremos que ser Iglesia con las puertas abiertas a todos, atenta a todas las personas y, muy especialmente, a los más necesitados. Cuento con todos vosotros y vosotros, por favor, contad también vosotros conmigo. Entre todos podremos fomentar que nuestra Iglesia diocesana sea dinámica, abierta y misionera”.