CONCHA MOLINA BLÁZQUEZ | Directora de la Clínica Jurídica ICADE
Los recientes sucesos en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche han renovado el interés acerca de estos establecimientos no penitenciarios en los que se retiene a los extranjeros pendientes de expulsión. En los siete CIE españoles conviven hombres y mujeres, la mayoría de ellos por ser “sin papeles”, y el resto por haber cometido un delito y estar pendientes de expulsión como sustitutivo de toda o parte de su pena, o por tener antecedentes. Personas muy diferentes comparten espacios en los que la vida es, generalmente, peor que la de los condenados en centros penitenciarios, debido a las condiciones de los establecimientos y de los servicios que se prestan.
Así lo constatamos en un informe de nuestra Clínica Jurídica hace año y medio. La investigación contrastó, con las fuentes disponibles, el elevado grado de incumplimiento respecto a lo establecido en el Real Decreto de 2014 que regula el funcionamiento de estos centros, y la vulneración de derechos que en ellos se produce. Es una situación que no ha cambiado sustancialmente.
La oficina de la Defensora del Pueblo presentó un informe en julio que revelaba algunas de las deficiencias detectadas en el CIE de Algeciras y solicitó, entre otras cosas, que se ampliara la asistencia jurídica a los internos para que conocieran sus derechos a la hora de solicitar protección internacional. Las mujeres víctimas de violencia de género y explotación sexual tienen derecho a la protección internacional.
Según el Ministerio del Interior, durante 2015 estuvieron retenidas 189 mujeres en el CIE de Algeciras –el 41% del total de mujeres ingresadas en los CIE españoles–, de ellas fueron finalmente expulsadas 17. En ese CIE, que podría catalogarse de frontera puesto que de las 2.303 personas internadas 1.976 llegaron en pateras, tan solo se admitieron a trámite 15 solicitudes de protección internacional, sin que conste cuántas eran de mujeres.
Los estudios sobre prostitución en España reflejan que buena parte de las mujeres prostituidas son subsaharianas, lo que nos lleva a preguntarnos cuántas víctimas de trata habrán pasado por el CIE de Algeciras sin que se haya detectado su situación.
Publicado en el número 3.009 de Vida Nueva. Ver sumario
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