Dos obras de la nueva colección Clásicos del Oriente cristiano (San Pablo(. La recensión es de Fernando Rivas Rebaque
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Título: Catequesis (I-IX), de Simeón el Nuevo Teólogo
Edición a cargo de: Francisco Mª Fernández Jiménez
Editorial: San Pablo
Ciudad: Madrid, 2016
Páginas: 286
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Título: Himnos de Navidad y Epifanía, de San Efrén de Nísibis
Edición a cargo de: Efrem Yildiz Sadak
Editorial: San Pablo
Ciudad: Madrid, 2016
Páginas: 280
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FERNANDO RIVAS REBAQUE | Contra la creciente tendencia a levantar muros que separan y vallas que incomunican, nace la colección Clásicos del Oriente cristiano con una clara vocación “pontificia”: construir puentes que unan el Oriente cristiano, tan olvidado por todos, con las comunidades cristianas de Occidente, a veces obsesivamente preocupadas por sus propias carencias e inquietudes.
Y la manera en que quiere construir estos puentes es descubriendo el origen común que nos unifica y en lo que Oriente es sin duda maestro: la espiritualidad. De aquí el título de la colección: Clásicos del Oriente cristiano, en la que irán apareciendo ediciones realizadas por especialistas de aquellos autores y obras de las distintas tradiciones cristianas de Oriente que se han convertido en clásicos de esta espiritualidad por su hondura e influencia.
Para evitar la distancia cultural e histórica y que estos autores puedan ser leídos por todos los públicos, el esquema de los libros es siempre el mismo: al inicio hay una breve introducción al contexto social en el que se mueve el autor, una biografía del mismo, acompañada de una reseña de sus obras más significativas y su teología. Luego vendría la traducción de la obra en cuestión, con algunas pequeñas notas explicativas a los pasajes o conceptos más complicados. Y al final una breve bibliografía, por si se quiere completar su conocimiento del autor.
Los dos libros hasta ahora publicados vienen a recoger dos de estas tradiciones: Francisco Mª Fernández Jiménez (profesor de Literatura cristiana antigua y medieval en el Instituto Teológico San Ildefonso, Toledo) se ha encargado de la edición del primer volumen de las Catequesis (I-X) de san Simeón el Nuevo Teólogo, autor de ámbito bizantino.
Los Himnos de Navidad y Epifanía de Efrén de Nísibis, en la zona siria, justo donde hoy se escucha el ruido de las armas, han sido editados por Efrem Yildiz Sadak (profesor de Estudios Hebreos y Arameos en la Universidad de Salamanca).
El primer autor, san Simeón (siglos X-XI, Constantinopla), considerado en la tradición ortodoxa como uno de los tres a los que se les puede aplicar el calificativo de “teólogo” (junto al apóstol san Juan y a san Gregorio de Nacianzo), realiza en estas Catequesis una perfecta síntesis de la práctica espiritual, donde –entre otras cuestiones– se trata de la caridad, las bienaventuranzas, el arrepentimiento, la conversión, el Espíritu o las obras de misericordia, convirtiéndose de esta manera en uno de los escritos más influyentes en la espiritualidad oriental.
El otro autor, san Efrén de Nísibis, muestra en estos Himnos de Navidad y Epifanía por qué se le otorgó el título de “cítara del Espíritu Santo” en aquellos tiempos y lugares (Siria, siglo IV) donde los teólogos eran poetas y sus obras se cantaban incluso en las celebraciones litúrgicas, donde eran aprendidas por todos los fieles, incluso los iletrados. Y de cara a ir preparando la Navidad nos servirá como muestra este botón: “Gloria a aquel Invisible, cuyo engendrado se hizo visible. / Gloria a aquel que es vida, cuyo Hijo murió. / Gloria a aquel Grande, cuyo Hijo descendió y se hizo pequeño. / Gloria a aquel poder (divino), que plasmó una forma para su majestad / y una imagen para su invisibilidad” (Himno III).
Otros muchos autores acompañarán en breve las dos obras hasta ahora publicadas. Entre ellos destacan Nicolás Cabasilas, Gregorio de Narek, Isaac de Nínive…, y otras muchas obras, como La vida en Cristo, Libro de las lamentaciones, Discursos espirituales… Cada uno de ellos nos permitirá no solo llenar este vacío y desconocimiento tan abrumador, descubriendo algunas de las diferentes voces de este polifacético Oriente cristiano, sino también –y sobre todo– enriquecer enormemente nuestras maneras de entender y vivir el cristianismo.
Solo queda animar a los editores en esta compleja tarea, felicitar a la Editorial San Pablo por esta apuesta editorial y animar al resto a salvar no solo las personas y monumentos de estas Iglesias orientales, tarea para la que en muchas ocasiones nos sentimos impotentes, sino entrar en contacto con sus ideas, creencias y tradiciones, para así tender puentes entre el Oriente y el Occidente cristianos, entre su pasado y nuestro presente. Porque nada se pierde definitivamente mientras sea recordado.
Publicado en el número 3.015 de Vida Nueva. Ver sumario