ANTONIO PELAYO | Corresponsal de Vida Nueva en Roma
Apenas oídas o leídas estas siglas del Instituto para las Obras de Religión, se alza una polvareda de sospechas, interrogantes y suposiciones. Algún periódico titulaba el día 3 que el Papa prescindía de los cardenales en el control del Instituto y lo calificaba de “volquetazo”.
Grave error de apreciación: lo que Francisco ha decidido es que la Comisión de Cardenales que lo vigila (la preside el español Santos Abril) no se reúna a partir de ahora conjuntamente con el Consejo de Superintendencia, presidido por Jean-Battiste de Franssu. Se trata, como explicó el portavoz vaticano, Greg Burke, de “subrayar la distinción de papeles”.
Como decían los clásicos, distingue tempora et concordabis iura (distingue los tiempos y concordarás los derechos).
Publicado en el número 3.023 de Vida Nueva. Ver sumario