Una obra de Walter Kasper (Sal Terrae). La recensión es de Pedro Langa Aguilar, OSA
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Título: La unidad en Jesucristo
Autor: Walter Kasper
Editorial: Sal Terrae
Ciudad: Santander, 2016
Páginas: 744
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PEDRO LANGA AGUILAR | Oportuna edición la de este grueso volumen (el número 15 de la obra completa del autor) con que Sal Terrae se adelantó de modo elegante a los actos conmemorativos del V centenario de la Reforma en 2017, cuya finalidad debiera servir de aldabonazo al cristianismo aún dividido para que su crecimiento en la parcial unidad en Jesucristo se convierta en unidad plena, teniendo en cuenta que no es esta sinónimo de uniformidad, sino de unidad en la diversidad reconciliada (papa Francisco), donde “a las diferencias se les extrae el veneno de la contradicción, de modo que devenga posible un intercambio de dones diferentes, de enriquecimientos recíprocos y de catolicidad más plena” (p. 16).
Corrobora esto la misma contextura editorial, con cuatro partes desigualmente extensas: diálogo con las Iglesias de la Reforma (pp. 21-519), las ortodoxas (pp. 521-623), las anglicanas (pp. 625-655), las pentecostales y libres (pp. 657-720). Un amplio aparato de abreviaturas (pp. 721-724), fuentes (pp. 725-730), e índices onomástico (pp. 731-738) y analítico (pp. 739-741) cierra el volumen, abierto, en cambio, con el general, subseguido de oportuna nota del traductor, del prólogo (del autor) a la edición en lengua española y del prólogo a la edición original. Más de la mitad, por tanto, va en la primera parte, donde la materia queda agrupada en tres densos titulares: I. Escritos confesionales (pp. 21-185), II. Ministerios y sacramentos (pp. 187-455) y III. La doctrina de la justificación (pp. 457-519). En cuanto a diálogos católico-protestantes, aparecieron ya sintetizados en Cosechar los frutos. Aspectos básicos de la fe cristiana en el diálogo ecuménico (Sal Terrae, 2010), libro que, obviamente, aquí no figura.
El cardenal alemán Walter Kasper, una de las cabezas teológicas ahora mismo más sólidas en la Iglesia católica, dice de los textos escritos durante casi cinco décadas, y aquí recogidos ahora, que parten de la ya existente unidad básica en Jesucristo y están sostenidos por la convicción de que el camino desde esa unidad básica ya existente hacia la unidad plena es irreversible. Muestran, asimismo, que los esfuerzos no han sido vanos. En el volumen anterior de la obra completa kasperiana –Caminos hacia la unidad de los cristianos (vol. 14)– se presentan los abundantes frutos que nos han sido donados a lo largo del quehacer ecuménico de los últimos cincuenta años. La unidad en Jesucristo, pues, quiere así “concretar ambos aspectos con la vista puesta en los múltiples y diferentes diálogos con las Iglesias ortodoxas y protestantes” (p. 17).
Pueril sería negar que el camino hacia la plena unidad se está prolongando más de lo que muchos presumían y esperaban. Los diálogos oficiales se han vuelto cada vez más laboriosos y asoman síntomas de cansancio e interés creciente. Surgen sin cesar malentendidos, decepciones, incluso dudas a veces sobre lo recorrido. Las diferencias eclesiológicas persistentes no han podido, pese a tanto acercamiento, ser superadas.
La perspicacia de Kasper, no obstante, sabe abrir nuevas vías dentro del ancho margen de su rica experiencia de teólogo. Para avanzar, debemos emprender el mismo camino que recorrimos al principio del movimiento ecuménico. El paso adelante del Concilio Vaticano II –crucial de veras– no vino llovido del cielo, sino gracias al trabajo de grupos, diálogos y encuentros informales, clarificados adicionalmente y profundizados luego por el Concilio. Ese es el rumbo a seguir sobre la base de lo que ya hemos alcanzado.
En los vols. 14 y 15, por otra parte, Kasper ha procurado mostrar que el camino emprendido solamente puede llevarnos hacia adelante si se recorre desde la estrecha vinculación y recíproca interpretación de reflexión teológica y ecumenismo espiritual. En tal sentido, La unidad en Jesucristo quiere ofrecer estímulos y aliento para seguir firmes en la brecha.
La edición discurre según los criterios rigurosamente científicos de los volúmenes anteriores. La prestigiosa pluma del cardenal Kasper brilla en teología dogmática, eclesiología, Vaticano II y ecumenismo a la altura de su acreditada fama internacional y constituye toda una garantía para cualquier lector que se precie de utilizar buenas fuentes. De ahí su obligada consulta por parte de ecumenistas, profesores de teología, doctores y doctorandos. Ya el mismo título –La unidad en Jesucristo– ha sido un acierto, pues va a la verdadera raíz ecuménica, que es Jesucristo. Pocas obras del V centenario de la Reforma, en fin, llegarán a igualar en rigor, densidad y perfección a estas páginas.
Publicado en el número 3.024 de Vida Nueva. Ver sumario
