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Sergio Rodríguez: “Solo quiero iluminar al caminante inquieto”


Director del Instituto Cervantes en Roma y autor de ‘Un Jubileo en español’ (Libreria Editrice Vaticana)

Sergio Rodríguez López-Ros, director del Instituto Cervantes en Roma

JOSÉ LUIS CELADA | Sergio Rodríguez López-Ros (Barcelona, 1970), director del Instituto Cervantes en Roma, nos propone vivir Un Jubileo en español (Libreria Editrice Vaticana) a través de una mirada sobre la Ciudad Eterna que aúna “lo ético, lo estético y lo espiritual”. El resultado es este Itinerario por la Roma iberoamericana, que deja constancia de su curiosidad periodística y su fe universal, mientras nos muestra la rica impronta hispana en la capital del cristianismo.

PREGUNTA.- ¿Le animó el Jubileo de la Misericordia a escribir este libro?

RESPUESTA.- Me pareció que el Jubileo era un momento privilegiado para reflexionar sobre una Iglesia en la que el 46% de los fieles hablan español, incluido el Papa, y que tiene en lo iberoamericano su eje central. Una realidad que se evidencia sobre todo en la capital del cristianismo. Ninguna otra cultura como la iberoamericana, con la vitalidad de su fe, ha condicionado tanto a Roma, donde, de las casi 900 iglesias existentes a lo largo de su historia, casi un centenar tienen que ver con lo hispano.

P.- ¿Este itinerario desmonta aquel viejo aforismo de “Roma veduta, fede perduta”?

R.- Hay que disociar la esencia del cristianismo de la forma que ha asumido en cada momento histórico. Roma permite recorrer la evolución de la fe: desde las comunidades paleocristianas perseguidas a la Iglesia triunfante del Barroco. Solo así se entienden los aciertos y errores de cada período. Pero Roma también ayuda a palpar la universalidad de la Iglesia y su vigorosa pluralidad de carismas. Emociona comprobar que, por encima de las diferencias culturales, emerge un sentimiento de fraternidad: el hecho de compartir la misma fe.Un Jubileo en español, libro de Sergio Rodríguez, Librería Editrice Vaticana

P.- ¿Qué pesa más en este recorrido por la Roma iberoamericana: su condición de católico, de español, de periodista…?

R.- Mi mirada ha sido la de alguien que intenta vivir su fe comprometido con la realidad de su tiempo, condicionada por una forma española de sentir, que tamiza la razón con el corazón; guiado por la impronta de la fe cristiana en España, que impregna la codificación del tiempo, del espacio y de las relaciones; y por la de una cultura española que hoy no se entiende sin su pluralidad interna y sin su dimensión iberoamericana. No oculto que siempre está detrás de mí aquel periodista curioso que se interroga por todo como paso previo a comprometerse.

P.- ¿Le puede interesar su libro a un lector poco familiarizado con la historia, el arte o la religión, que es la triple mirada que propone?

R.- El libro intenta aunar lo ético, lo estético y lo espiritual, en una via pulchritudinis que ilumine al caminante inquieto. Cada templo encarna una forma distinta de concebir la Iglesia en cada contexto. Hay muchos libros sobre los jubileos, y aún más guías sobre Roma en general, pero intuí que había un doble vacío: poner en valor esa Roma española y proponer sobre esa visita turística una experiencia de fe.

P.- Si tuviera que acompañar al mismísimo Cervantes por estos rincones jubilares de la Ciudad Eterna, ¿qué ruta elegiría?

R.- Sin duda, esa Roma nascosta –en las acertadas palabras del actual embajador de España ante la Santa Sede, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga–, que va desde la Piazza Spagna (con su columna de la Inmaculada) hasta la iglesia española de Montserrat y Santiago (con las tumbas de los papas españoles), pasando por la antigua iglesia española de Piazza Navona (epicentro de la comunidad española durante siglos), sin olvidar el antiguo convento de San Pietro in Montorio (con el templete de Bramante).

Publicado en el número 3.025 de Vida Nueva. Ver sumario

Actualizado
23/02/2017 | 05:56
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