La opinión de Vida Nueva tras las elecciones en la CEE
EDITORIAL VIDA NUEVA | El cardenal de Valladolid, Ricardo Blázquez, ha sido elegido presidente de la Conferencia Episcopal por segundo trienio consecutivo. Junto a él, el cardenal de Valencia, Antonio Cañizares, regresa a la vicepresidencia, reeditándose así el tándem que ambos protagonizaron entre 2005 y 2008, en plena era Zapatero, donde el trabajo e interolocución de ambos permitió gratificantes acuerdos con una solvencia de la que no pocos desconfiaban. No hace falta conocerles en profundidad para constatar que Blázquez y Cañizares tienen personalidades y sensibilidades eclesiales diferentes.
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No obstante, la disposición entre ambos para ensamblar ambas tonalidades resulta imprescindible en un tiempo convulso en lo social y de resistencia en lo eclesial. Solo desde ese incansable diálogo en el que insistió una y otra vez Blázquez en la apertura de la Plenaria de los obispos será posible resolver con acierto las encrucijadas actuales: desde el Pacto Educativo hasta el aterrizaje de las reformas de Francisco, sin que nadie quede fuera ni generar trincheras o fracturas.
Solo ese diálogo, y nada más que ese diálogo sincero y sano, permitirá que este tándem no suene a reedición, sino a revulsivo.
Publicado en el número 3.028 de Vida Nueva. Ver sumario
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