JESÚS SÁNCHEZ CAMACHO | Periodista
Quien viaje al sur más remoto de la Península, además de ver a monos en libertad, podrá encontrarse con expresiones como “sierra la window”; “sorry, po ponte un jersey”; o “te doy un lift”. Incluso hay un diccionario propio del lugar, donde encontramos frases que ni un español ni un inglés llegarían a entender. Un Peñón popular por sus finanzas, actividades marítimas y apuestas online observa con temor la llegada del Brexit. Entonces, España asumiría el control absoluto de la verja.
El 18 de marzo de 1967 (VN, nº 566), el humor gráfico de Paco Izquierdo ilustra a un mono de proporciones exageradas subido a un diminuto Peñón. Mientras que las patas del animal tiran de las cuerdas de una guitarra española, su garganta vibra al cante de “I am English, ¡olé!”. La viñeta recoge la esquizofrenia cultural que hoy vive un arquetipo de acaudalado gibraltareño que, mientras disfruta del lujo de la costa y gastronomía andaluzas, sigue sintiéndose ciudadano británico.
Cuando el Reino Unido salga de la Unión Europea, los gibraltareños sufrirán serias restricciones en la circulación, propiedades y negocios en España. Ahora le toca sufrir a una roca de sociedades offshore, que ha estado incluida en las listas internacionales de paraísos fiscales. Porque de sufrimiento ya van bien servidos los pescadores de la Bahía de Algeciras gracias a la insolencia de Fabian Picardo, ministro principal del Peñón.
Publicado en el número 3.029 de Vida Nueva. Ver sumario