La Conferencia Episcopal de Venezuela rechaza cualquier manifestación de violencia ante la multitudinaria movilización de la oposición del país
En medio de la compleja confrontación política de Venezuela, la presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) ha expresado su rechazo a cualquier manifestación de violencia, haciendo un llamado urgente a respetar los derechos de los ciudadanos.
En su pronunciamiento, los obispos venezolanos se hacen eco de las palabras del papa Francisco, durante la bendición Urbi et Orbi el pasado Domingo de Pascua, insistiendo en la importancia de compartir gestos de reconciliación y en la “búsqueda de válidas soluciones pacíficas antes las controversias, para el progreso y la consolidación de las instituciones democráticas, en el pleno respeto del estado de derecho”.
El comunicado, firmado por el presidente de la CEV y arzobispo de Cumaná, Diego Padrón, el 18 de abril, en vísperas de la multitudinaria movilización del 19 de abril –cuando se conmemora el día de la independencia–, denuncia que cuando el Estado (o el Gobierno) desconoce o falta el respeto a los derechos civiles, “deja de ser un Estado democrático, pierde legitimidad en su desempeño, pues su función es la defensa de todos los ciudadanos independientemente de su ideología política”.
Entre los factores que disminuyen o anulan los derechos ciudadanos y ponen en entredicho la democracia, la CEV destaca “la concentración de los poderes públicos en manos de un solo poder”.
Ante la situación actual de Venezuela, los obispos subrayan que la defensa de los derechos humanos y civiles no pertenece exclusivamente al ámbito socio-político, sino también al religioso: “Es también un derecho y un deber de la Iglesia y de todos los creyentes” que reconocen en el mandato divino “no matarás”, un llamado a la defensa de la vida.
Concretamente, con relación a las marchas que se desarrollan en el país, los obispos piden que no se criminalice la protesta cívica y pacífica: “¡Es un derecho! Su control no puede ser una represión desmedida”.
En este sentido, al exhortar a los ciudadanos para que se manifiesten pacíficamente, la Iglesia recuerda que “las marchas cívicas deben ser libres sin más restricciones que las que se derivan del deber de respetar la vida, la propiedad y el bien común”.
De igual forma, la CEV “exige al Gobierno, particularmente al Ministerio Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, a la Guardia Nacional y a los organismos policiales, respetar en sus actuaciones la dignidad de las personas y el derecho a la libre expresión de la protesta y manifestaciones pacíficas y democráticas”.
Por otra parte, el organismo eclesial no deja de expresar su apoyo y solidaridad a los cardenales Jorge Urosa, arzobispo de Caracas, y Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, lo mismo que a otros pastores venezolanos que recientemente han sido blanco de agravios, particularmente durante las celebraciones de la Semana Santa. “La CEV respalda en todos sus aspectos sus declaraciones y actuaciones”.
También el arzobispado de Caracas ha repudiado la agresión y la profanación a la celebración eucarística en honor al Nazareno de San Pablo –presidida por el cardenal Urosa– el pasado Miércoles Santo, por parte de grupos identificados con el Gobierno de Nicolás Maduro.