El papa Francisco, después de la oración mariana del Pascua, el Regina Coeli–que sustituye al Ángelus en estos domingos–, ha recordado la beatificación de Luis Ormières celebrada este sábado en la catedral de Oviedo. Un sacerdote que “dedicó todas sus cualidades humanas y espirituales al servicio de la educación”.
Empeño, el del nuevo beato, que se plasmó, recordó el papa, en la fundación de la congregación de las religiosas del Ángel Custodio. “Su ejemplo y su intercesión, subrayó el pontífice, ayudan sobre todo a quienes trabajan en la escuela y en el campo educativo”.
Un día de misericordia
En su reflexión en este II Domingo de Pascua, el domingo de la Divina Misericordia, el papa Francisco ha recordado la expresión que la tradición empleaba para denominar este día: el domingo “in albis”, ya que se completaban los ritos de quienes se habías bautizado en la Vigilia pascual recibía una vestidura blanca –“alba” en latín– que se llevaba toda una semana, hasta este día, en el que “los neófitos iniciaban su nueva vida en Cristo y en la Iglesia”.
Actualmente, tras la denominación por Juan Pablo II en el año 2000 y finalizado el año de la misericordia, esta jornada “nos invita a retomar con fuerza la gracia que proviene de la misericordia de Dios”. A partir del evangelio de Juan, el papa ha recordado como el Resucitado pide a los discípulos reunidos en el cenáculo que anuncien la misericordia de Dios. “Jesús Resucitado ha transmitido a su Iglesia, como primera tarea, su misma misión de llevar a todos el anuncio concreto del perdón”, ha dicho el papa que se ha referido al perdón de los pecados como “signo visible de su misericordia”.
También Francisco, en su reflexión, ha descrito a la misericordia como “auténtica forma de conocimiento”, porque “abre la puerta de la mente” al comprender mejor el misterio de Dios y la “puerta del corazón” ya que “permite experimentar la cercanía, sobre todo con los quienes están solos y marginados, porque nos hace sentir hermanos e hijos de un solo Padre”. Es la misericordia la que “favorece el reconocimiento de cuantos tienen necesidad de consuelo y permite encontrar las palabras adecuadas para consolar”.
“No olvidemos jamás -ha concluido el papa-, que la misericordia es la piedra angular en la vida y en la fe, y la forma concreta con que damos visibilidad a la resurrección de Jesús”.
El papa ha agradecido también a quienes le han hecho llegar su felicitación de Pascua, en el mismo día en que se celebra su onomástico.