· El Proyecto Global Pastoral en el que trabajan los obispos mexicanos está inspirado en el Acontecimiento Guadalupano, a 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, y en el Misterio de la Redención, a 2000 años de conmemorar la Muerte y Resurrección de Jesucristo
Este miércoles es el segundo día de actividades de los obispos mexicanos reunidos en su CIII Asamblea Plenaria, para avanzar en la elaboración de un Proyecto Global Pastoral con miras al 2031-2033 (PGP 31-33), inspirado en el Acontecimiento Guadalupano, toda vez que en 2031 se cumplen 500 años de las apariciones de la Virgen de Guadalupe en 1531, y en el Misterio de la Redención, pues en 2033 la Iglesia celebrará los 2000 años de la muerte de Cristo, acontecida el año 33, según el calendario actual.
Los obispos del país se han puesto este gran reto, que se resume en el lema: “Mirar lejos, ocupándonos de nuestros desafíos actuales, inspirados en Jesucristo nuestro Redentor y en María de Guadalupe”.
Para lograr dicho proyecto, que lleva ya algún tiempo elaborándose –explica el obispo de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Felipe Arizmendi Esquivel, en un texto difundido este miércoles– se han consultado a muchas instancias, pues el PGP quiere ser una herramienta pastoral de largo alcance y pronta respuesta, tomando en cuenta la realidad actual, pero con las megatendencias que se vislumbran.
Mons. Felipe Arizmendi, quien está al frente de una de las diócesis más pobres del país, asegura que con este plan los obispos mexicanos buscan articular mejor su servicio episcopal, potenciando el diálogo al interior de la Iglesia y con el mundo. “Estamos convocados a servir apasionadamente a nuestra nación, con los dones recibidos desde nuestra experiencia del amor y la misericordia de Dios”.
El día de ayer, en su mensaje de apertura, el Card. Francisco Robles, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano y arzobispo de Guadalajara, llamó a los obispos a reconocer que hay muchos desafíos a los que, con corazón de pastores, es necesario dar respuesta, entre ellos, el crecimiento de la violencia, explotación de migrantes, situación económica precaria, y una sociedad cada vez más insatisfecha con sus dirigentes políticos, de cara a los procesos electorales que se avecinan.
En este sentido, Mons. Arizmendi consideró que no faltará quien opine que esto es meterse en políticas que no le tocan a los obispos. Sin embargo –dijo– el papa Francisco ha dicho: “No hay que mutilar la integralidad del mensaje del Evangelio. El Evangelio invita ante todo a responder al Dios amante que nos salva, reconociéndolo en los demás y saliendo de nosotros mismos para buscar el bien de todos”.
Continúa citando al Santo Padre: “Aliento a todas las comunidades a una siempre vigilante capacidad de estudiar los signos de los tiempos. Es preciso esclarecer aquello que pueda ser un fruto del Reino y también aquello que atenta contra el proyecto de Dios”.
Por último, el Obispo de San Cristóbal de las Casas llamó a los fieles católicos a pedir la luz del Espíritu Santo para que la Iglesia colabore más eficazmente en la construcción de una sociedad justa y fraterna, y así el pueblo tenga vida digna y plena. También dijo que si alguien quiere aportar su sabiduría y su competencia, es importante que se acerque a su parroquia y dé su palabra y su tiempo, “pues esta misión es tarea de todo el Pueblo de Dios”.