Inspirados en Laudato si’, se dio inicio a Cuidadores de la Casa Común, un proyecto coordinado por el obispo Lugones. Se trata de una trabajo en red de la Iglesia con todos los sectores de la vida social, política, cultural y económica de la Argentina.
Cuidadores de la Casa Común (CCC) es un nuevo proyecto que nace inspirado en la carta encíclica Laudato si’, que fue presentado al papa Francisco en el Vaticano el pasado 16 de octubre. Se trata de una iniciativa que coordina el obispo de Lomas de Zamora, Jorge Lugones, y tiene como principal objetivo generar oportunidades de trabajo digno a jóvenes en situación de extrema vulnerabilidad, realizando tareas de concientización, cuidado y defensa de la Casa Común, tales como generación de plantas de procesamiento de residuos de plástico, de aparatos eléctricos y electrónicos, de residuos de vidrio, generación de energía alternativa, construcción de criadero de peces, guías de turismo ecológico, producción de alimentos orgánicos, campañas de concientización del cuidado del medio ambiente, entre muchas otras.
Estas posibilidades solo pueden construirse desde la asunción de nuevos compromisos entre todos los sectores de la vida social, política, cultural y económica de los territorios de implementación del proyecto: gobiernos, empresarios, iglesias, organizaciones sociales, universidades, entre otros.
Para lograr estas nuevas oportunidades se generarán espacios de diálogo e intercambio, como por ejemplo, conversatorios, los cuales persiguen una doble finalidad. Por un lado conocer el contenido de Laudato si’. Pero, simultáneamente, establecer compromisos concretos para el desarrollo y sostenimiento de CCC. El proceso de creación de nuevas oportunidades de trabajo para los jóvenes, se acompaña con una propuesta de formación en los contenidos de Laudato si’ y con capacitación concreta para viabilizar cada uno de los proyectos de integración socio laboral que surgen en cada territorio.
La principal motivación del proyecto nace de la apuesta por superar la cultura del descarte desde los propios “descartados y descartadas”, reconociendo como lo señala el papa Francisco en la encíclica, la íntima relación entre los pobres y la fragilidad del planeta y la convicción de que en el mundo todo está conectado.