Francisco: “Hay que hacer todo lo que se puede por Venezuela, con garantías”“Todo lo que se puede hacer por Venezuela hay que hacerlo, con las garantías necesarias, sino jugamos al ‘tin tin pirulero’, y no va la cosa”. Con esta claridad se manifiesta el Papa Francisco sobre el papel que ha de jugar la Santa Sede ante la espiral de tensión política y social que vive Venezuela. Fue Antonio Pelayo, corresponsal de Vida Nueva, quien lanzó la pregunta al Papa, en el vuelo de vuelta a casa, de Egipto a Roma.
Además de este asunto, Francisco realizaría un balance de su histórica visita a El Cairo, de las elecciones francesas o de la tensión creciente a raíz de los ensayos nucleares de Corea del Norte.
Pero fue el veterano vaticanista quien lanzó una de las preguntas claves de esta habitual rueda de prensa aérea, al poner país latinoamericano en el disparadero, una cuestión que tal y como fue afrontada por Francisco, dio muestras no solo de su preocupación personal sino del seguimiento permanente que viene haciendo sobre la crisis que azota el país a costa del régimen de Nicolás Maduro.
“Santo Padre, la situación en Venezuela ha degenerado últimamente de modo muy grave y ha habido muchas muertes. Quisiera preguntarle si la Santa Sede y usted personalmente piensan relanzar esa acción, esa intervención pacificadora y qué formas podría asumir esa acción”, reflexionó Pelayo.
El Papa recordó que “hubo una intervención de la Santa Sede bajo pedido fuerte de los cuatro Presidentes que estaban trabajando como facilitadores. Y la cosa no resultó. Y quedó ahí”. A renglón seguido apostilló que “No resultó porque las propuestas no eran aceptadas, o se diluían, era un sí-sí, pero no-no. Todos conocemos la difícil situación de Venezuela, que es un país al que yo quiero mucho. Y sé que ahora están insistiendo, no sé bien de dónde, creo que de los cuatro presidentes, para relanzar esta facilitación y están buscando el lugar. Yo creo que tiene que ser con condiciones ya, condiciones muy claras. Parte de la oposición no quiere esto. Es curioso, la misma oposición está dividida, y por otro lado parece que lo conflictos se agudizan cada vez más. Pero hay algo en movimiento. Estuve informado de eso, pero está muy en el aire todavía”.
Sobre la mediación del Vaticano, relató: “Todo lo que se puede hacer por Venezuela hay que hacerlo, con las garantías necesarias, sino jugamos al “tin tin pirulero”, y no va la cosa”.
Preguntado por Darío Menor, corresponsal de Vida Nueva, sobre sus palabras el Gobierno egipcio supone un respaldo a su papel en Oriente medio, a pesar de las garantías democráticas que presenta, el Papa fue contundente: “No”. Y aclaró que Yo hablé de los valores. Si un gobernante defiende uno o defiende el otro, ese es otro problema”. Francisco no se quedó ahí, fue un paso más y detalló: “He hecho 18 visitas. En cada uno de los países he escuchado: ‘El Papa respalda a aquel Gobierno’, porque siempre un gobierno tiene sus debilidades o tiene sus adversarios políticos que dicen unas cosas u otras. Yo no me inmiscuyo”.
Aunque no confirmó su contenido –“deben mantenerse en privado”-, el Papa confirmó que pudo mantener una conversación más allá de las cámaras con el gran imán de Al Azhar, con Al Sisi, con el Patriarca Tawadros y con el Patriarca Ibrahim.
Para el anecdotario de los viajes papales también queda el diálogo espontáneo que mantuvo con Darío Menor sobre el principal monumento de Egipto:
PREGUNTA.- ¿Le ha faltado visitar las pirámides?
RESPUESTA.- Pero, ¿tú sabes que hoy a las seis de la mañana mis dos asistentes acudieron a visitar las pirámides?
P.- ¿Pero le habría gustado ir con ellos?
R.- Francisco: Sí.
Preguntado por la segunda vuelta de las elecciones francesas y el discernimiento que han de hacer los católicos antes de acudir a las urnas, apuntó que “no entiendo la política interna francesa. No la entiendo”. Pero una vez más tiró por tierra que la solución al voto católico sea crear un partido confesional, como le propuso alguien precisamente durante el viaje a Egipto: “Ese señor es bueno, pero vive en el siglo pasado”.
Al paso alertó del auge del populismo, pero advirtió que detrás está el problema de la Unión Europea: “Es verdad que Europa está en peligro de desunión. ¡Esto es verdad!”. A continuación explicó que “hay un problema que asusta en Europa: el problema de la inmigración”. Animó a afrontar estos desafíos “con la gran política, no con la pequeña política de un país que al final termina cayendo”.
Ante el aumento de la tensión internacional por la amenaza nuclear de Corea del Norte, el Papa comentó que “yo les llamo, les llamo y les llamaré como les he llamado a los líderes en diversos puestos para trabajar en la resolución de los problemas en el camino de la diplomacia, y tenemos a los facilitadores, tantos en el mundo”.
En este sentido puso como ejemplo a Noruega como país mediador para rebajar la tensión en iniciar “El camino de la negociación, el camino de la solución diplomática” para frenar “la guerra mundial en pedazos”. Así, puso sobre la mesa, no solo el conflicto coreano, sino también las guerras de África, como Yemen: “¡Parémoslos! ¡Busquemos una solución diplomática! Y en eso creo que las Naciones Unidas tienen el deber de reprender un poco a su liderazgo, porque se ha aguado un poco”.
Precisamente con diplomacia salió al paso al ser preguntado por un posible encuentro con Donald Trump a finales de mayo: “No se me ha informado desde la Secretaría de Estado de que haya una petición en se sentido, pero yo recibo a todos los Jefes de Estado que soliciten una audiencia”.