Los superiores mayores religiosos de Colombia celebran su 56 Asamblea General Ordinaria centrados en los problemas del postconflicto y de la visita papal prevista para el próximo mes de septiembre.
Al instalar la Asamblea, monseñor Luis Augusto Castro, presidente de la Conferencia Episcopal destacó la necesidad de una actitud de aceptación de las diferencias, como tarea pastoral que responde a un momento de crisis agravado por la radicalización de las diferencias políticas; lo ideal, dijo, es el aprendizaje de la convivencia para que la convivencia lleve al abrazo.
La importancia que reviste esta asamblea en este momento de la vida del país, fue señalada por el cardenal Rubén Salazar, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia al urgir osadía y creatividad en la búsqueda de las nuevas respuestas de una Iglesia en salida.
Contexto social
El evento se celebra en momentos en que Colombia se prepara para la visita papal, y en que las autoridades del país adelantan las actividades de desarme de la guerrilla de las Farc, y cuando en el congreso se debaten la conversión del grupo guerrillero en partido político, y la adopción de un modelo de justicia de transición para los exguerrilleros.
Con este trasfondo político los religiosos colombianos deliberan sobre un anuncio de los valores del evangelio en este marco, y sobre la posibilidad de recuperar la utopía de lo comunitario, el sentido de la vida, la solidaridad y un tejido de relaciones en que primen la dignidad humana y la búsqueda del bien común.
La Asamblea concluye este primero de mayo, bajo el lema: Salgamos de prisa al encuentro con al vida.