Hasta doce organizaciones estaban trabajando hasta ahora a lo largo y ancho de El Salvador para reivindicar la figura de Oscar Romero. El Episcopado del país ha decidido dar un paso más para aunar esfuerzo y ha constituido la asociación Amigos de Romero. Los estatutos se basan en cuatro pilares que identifican al mártir: unidad, reconciliación, amor y perdón.
Tal es la relevancia que se le quiere dar esta entidad como promotora del culto y peregrinaciones en torno al obispo de América Latina, que la puesta de largo de la asociación estuvo presidida por el nuncio apostólico, Leon Kalenga. “La pregunta de todos es: ¿cuándo será la canonización?”. Y Kalenga se apresuró a contestar: “No hay canonización sin culto. Si hacemos bien el culto, las devociones, las peregrinaciones y las oraciones, estas acciones serán escuchadas en Roma”. Francisco goza de buena audición…
Es la primera vez que el cardenal Osoro se dejaba caer en la fiesta del 2 de mayo de la Comunidad de Madrid. En anteriores citas, era Martínez Camino quien excusaba la presencia del titular. Pero en este caso, Carlos Osoro dio un paso al frente y los medios de comunicación le grabaron en primera fila, junto a Albert Rivera, mientras el líder de Ciudadanos grababa con su móvil la actuación de Niña Pastori.
Pero los corrillos posteriores dieron para más. Esta “puesta de largo” de Osoro hizo que muchos quisieran presentarle sus credenciales. Entre ellos, Carla Antonelli, diputada socialista de la Asamblea de Madrid. Lo desvela el periodista Nacho Fresno. Con el padre Ángel como mediador, la activista LGTB se acercó a Osoro para darle las gracias por “su postura ante los discursos de incitación al odio”. Se refería a las cartas sobre las leyes madrileñas de la que el arzobispo se desmarcó. “Me presenté, le dije quién era, le conté que no era creyente y que, desde este ángulo, quería agradecerle esta circunstancia, porque creo que ha estado en el lugar que le correspondía”.
L’Osservatore Romano da cuenta de unas meditaciones inéditas del cardenal Carlo María Martini, cuando ya retirado en Jerusalén, ofreció unos ejercicios espirituales a un grupo de sacerdotes. Ahora esos textos ven la luz en Italia.
Palabras inéditas que saben a sueños, quizás el de una Iglesia pobre y para los pobres que él también buscaba. Aunque en realidad ni él era propietario de sus utopías ni Francisco de las suyas. Los sueños vienen de lo alto. “El sueño de Dios está allí donde no hay miedo, donde no hay ansiedad, donde no hay sensación de terror por fuerzas desconocidas que amenazan al hombre. Allí donde hay paz, confianza, abandono”.