El plan E moviliza las parroquias bogotanas como parte de su preparación para la visita papal. El plan evangelización ha partido de un sincero examen de la realidad de fe de esta capital y ha concluido que en muchas partes debe comenzarse a partir de cero. “Muchos no conocen a Jesús de Nazaret” y con ellos toca “barajar de nuevo” afirman voces arquidiocesanas.
Los calificativos son duros pero realistas: “Esta es una sociedad llena de fracturas políticas y sociales”, es una sociedad dura, despiadada y desordenada”,concluyen.
En la búsqueda de un cambio de esa realidad, en las parroquias bogotanas por estos días se adelantan “retiros kerigmáticos”, una experiencia para grupos diversos en que el lenguaje y el tono se renuevan. Una forma clara, alegre y sólida para anunciar el evangelio es el medio que están utilizando unos equipos misioneros, creativos y preocupados por una buena comunicación y que cuentan con un trabajo previo de ubicación más alejados y ajenos a la actividad pastoral.
La arquidiócesis ha expresado que la visita papal a Bogotá, Medellín, Villavicencio y Cartagena no debe ser un espectáculo sino un “encuentro de fe y de reanimación pastoral”.
A la vez que pide a las autoridades “un tono respetuoso y sin sesgo político” para el papa Francisco, las autoridades eclesiásticas advierten que esta visita crea una coyuntura para “desacomodarse, incomodarse e ir a las puertas, a las periferias” en busca de los que no han hecho contacto con Jesús ni con su mensaje.