El Camsat es sede de una serie de talleres sobre alfabetización digital para niños y jóvenes del Bañado Tacumbú.
El educador brasileño Paulo Freire definió su teoría sobre la pedagogía del oprimido, diciendo que dicha teoría “deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación”. Esta hipótesis, que surgió en la década del 60, vive cobrando vida a cada rato frente a tantas situaciones de injusticia en Latinoamérica.
Sin ir más lejos, un caso concreto –por mencionar sólo uno que ayude a graficar esta realidad– ocurrió a fines de marzo, en Asunción, cuando un grupo de 300 alumnos de la escuela Ignacio A. Pane tuvieron que trasladarse al tinglado de la parroquia San Pedro y San Pablo para comenzar el ciclo lectivo. Es que la infraestructura de esta escuela pública estaba tan deteriorada que era imposible dar clases. Este caso, se transformó por unos días –porque para los medios masivos, no más que “algunos días” pueden durar los temas en su portadas y en sus pantallas– en un símbolo de la situación crítica que atraviesa la infraestructura de las escuelas paraguayas. A Dios gracias, las reparaciones se han hecho rápidamente, por eso hoy esos niños ya han vuelto a su escuela.
Pero este no es el caso que nos convoca hoy. Tampoco nos convoca una situación de denuncia. Esta vez, los niños y jóvenes del Bañado Tacumbú, ubicado en las periferias del centro de Asunción, se están capacitando en tecnologías. Se trata de un programa organizado por la Secretaría Nacional de Tecnologías de la Información y Comunicación de Paraguay (Senatics), que se está implementando en la sede del Camsat (Centro de Ayuda Mutua Salud para Todos).
Los cursos que se están dictando en este momento son dos: dactilografía computarizada y operador básico de computadora. Estas capacitaciones, totalmente gratuitas, son una forma de acercar a los más jóvenes al uso responsable de la tecnología, agilizando los procesos para la utilización de la computadora y los dispositivos, pero también generando conciencia en la importancia de la ciberseguridad.
Con esta iniciativa, una vez más el Camsat se vuelca a las necesidades de la gente del barrio, siempre firme a los objetivos de su fundación, hace más de 20 años. Esta obra social fue promovida desde la Iglesia, con un fuerte empuje del dominico español Pedro Velazco que aún vive en el Bañado Tacumbú.
Hoy el Camsat tiene asociadas a casi 600 familias que participan de las diferentes propuestas de promoción, de capacitación y de formación, como también del centro de salud, del centro educativo, del gremio de radios comunitarias.