Vaticano

Francisco en Santa Marta: “Si el pueblo de Dios se queda quieto, se convierte en un burro que no entiende”

  • En la homilía de la misa diaria, el Papa explica cómo cosas que antes estaban normalizadas, ahora se entienden “mejor”
  • “La esclavitud es un pecado mortal y la pena de muerte es inadmisible”





En su homilía de este jueves 11 de mayo, en su celebración cotidiana de la eucaristía en la residencia Santa Marta en el Vaticano, el papa Francisco ha afirmado rotundamente que la esclavitud es “un pecado mortal”; y otras situaciones, como la pena de muerte, a pesar de ser aceptadas en otros momentos históricos, hoy son “inadmisibles”.

A raíz de la predicación del apóstol Pablo en el libro de los Hechos de los Apóstoles, el Papa ha hecho referencia a la esclavitud o la pena de muerte como hechos terribles que se han aceptado en medio de una historia que está llamada a ser “historia de la salvación” en Jesús. Y es que, ha recordado, “Dios se ha dado a conocer en la historia”. La salvación tiene lugar en la “gran” y “larga historia” de la humanidad.

A raíz de las lecturas bíblicas, Francisco ha señalado que “la salvación de Dios es en el camino hacia la plenitud de los tiempos”, un “camino de santos y pecadores” que llega hasta el día de hoy: “La Iglesia continúa, así, con tantos santos y muchos pecadores; entre la gracia y el pecado, la Iglesia continúa”, reiteró el Pontífice, subrayando la asistencia del Espíritu Santo a la comunidad cristiana.

En esta lectura de la historia en clave salvífica, el papa Francisco se ha referido en concreto a cómo a lo largo de tiempo se profundiza mejor en la moral de los mandamientos y de Jesús. Así, señaló, a veces “una cosa que una vez parecía normal, no era un pecado, ahora es un pecado mortal”.

Ahora se conoce la moral “mejor”

Es el caso, recordó, de la esclavitud: “Cuando íbamos al colegio nos decían todos lo que hacían los esclavos, los traían de un lugar, los vendían en otro, en América Latina se vendían, se compraban… Es pecado mortal, decimos hoy. En cambio, antes se decía que no. Entonces, algunos decían que se podía hacer esto ¡porque esta gente no tenía alma! Se tuvo que ir adelante para comprender mejor la fe, para conocer mejor la moral … Ahora, por lo menos, sabemos que es pecado mortal. Estamos andando hacia delante: los mismo sucede con la pena de muerte, que hace tiempo era normal. Y hoy decimos que es inadmisible”.

Y es que estas experiencias –y otras como “las guerras de religión”– son la muestra para el Papa de que el “pueblo de Dios está siempre en movimiento”. Este es el ejemplo de los santos, los “que todos conocemos y los santos ocultos”; porque la Iglesia, para Bergoglio, “está llena de santos ocultos” y “la santidad es la que nos lleva hacia adelante, hacia la segunda plenitud de los tiempos, cuando el Señor volverá para ser todo en todos”.

Y es que, cuando el pueblo de Dios “se detiene, se convierte en prisionero de su sitio, como si fuera un burro quieto: no entiende, no va adelante, no profundiza la fe, el amor, no purifica su alma”, sentenció Francisco.

Una herramienta para esta purificación en medio del camino es el sacramento de la reconciliación. En este sentido, para el Papa, la confesión es también “un paso en el camino personal hacia la plenitud de los tiempos”.

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