• El responsable de la Comisión de Movilidad Humana del Episcopado Mexicano explicó el tipo de ayuda que se les brinda en el país, a quienes buscan alcanzar el llamado sueño americano
Durante su participación en la XXXVI Asamblea General Ordinaria del CELAM, Mons. Guillermo Ortiz Mondragón, responsable de la Comisión de Movilidad Humana del Episcopado Mexicano, afirmó que la migración es un derecho de todo ser humano y explicó que el Pueblo de Dios está llamado a ser solidario con las personas que, por alguna razón, se ven obligadas a abandonar su país de origen.
Al presentar la experiencia de uno de los más de 70 albergues para migrantes que tiene la Iglesia en el país, el también Obispo de Cuautitlán llamó a los católicos a no quedarse en una espiritualidad piadosa, sino a buscar el rostro de Dios en los migrantes.
Con relación a la Casa del Migrante “San Juan Diego”, ubicada en la Diócesis de Cuautitlán, dijo que al llegar, hace 12 años, a Cuautitlán, notó que por ahí pasaba el tren conocido como “La Bestia”, y que había migrantes que se quedaban varados ahí tres días –lo que tarda el tren en cargar y descargar–, y por tal motivo vio necesaria la construcción de una casa del migrante.
Dijo que actualmente en este albergue se ofrece a los migrantes alimentos, alojamiento, atención médica y dental, aseo personal, ropa y zapatos, seguridad y orientación migratoria, y se les permite hacer llamadas gratis a través de la Cruz Roja.
Aclaró que sólo se les pide a los migrantes no ingresar celulares y cuchillos (que suelen llevar para defenderse) al albergue, lo cual podría causar problemas durante su estancia.
Explicó que han logrado conseguir el respaldo de las autoridades de seguridad a nivel local y estatal, debido a que llega a ocurrir que algún migrante ya está siendo perseguido por miembros del crimen organizado. Añadió que es conveniente que las casas de atención a migrantes estén a cargo de sacerdotes con madurez espiritual y formación integral.
Finalmente, el Obispo advirtió que la relación de México con Estados Unidos, “especialmente en las reuniones Texas-México, han hecho un camino extraordinario a favor de los migrantes, partiendo de la pastoral ordinaria con los fieles de ambas regiones”. Y además –dijo–estamos buscando la relación con el triángulo norte de Centroamérica con este mismo fin”.