¿Cuánto (dinero) cuesta subir a los altares?

Se ha acabado el tiempo de los sobres con dinero, los gastos insospechados y la falta de control. En el camino a la santidad, se paga ahora todo con una transferencia bancaria, se sabe desde el principio cuánto va a costar el viaje y se confía en la figura de un administrador para que vigile la acción del postulador y lo libere de la tarea de llevar las cuentas.

El 10 de marzo de 2016, el Vaticano anunció la aprobación, ad experimentum durante tres años, de las nuevas normas sobre la administración de los bienes de las causas de beatificación y canonización, un documento que actualiza las disposiciones de san Juan Pablo II de 1983. Un año después de que entrara en vigor este documento, los procesos para alcanzar la gloria de los altares se han modernizado y quedan ya pocos espacios de sombra donde puedan surgir nuevos escándalos, como los que han salpicado cíclicamente a la Congregación para las Causas de los Santos.

Continuando con algunas de las medidas adoptadas con sordina desde 2014, y añadiendo desde entonces otras disposiciones ulteriores, Francisco ha implementado una reforma sustantiva en el proceso para alcanzar la santidad. Desbroza así un campo donde el Vaticano y la Iglesia católica se juegan una parte significativa de su credibilidad.

Beatificación: 17.000 euros; si hay milagro, 1.000 más

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La principal novedad es la actualización del llamado tariffario, al que ha tenido acceso Vida Nueva. Bajo el título “Información sobre los costes de las causas de beatificación y canonización en la fase romana”, el documento muestra dos tablas principales, con cinco cifras la primera y cuatro la segunda. La que está ubicada en la segunda página detalla las cantidades que el promotor de una causa debe pagar, en cuatro plazos, a la Congregación para las Causas de los Santos cuando se trata de reconocer las virtudes heroicas o el martirio de un siervo de Dios.

La cifra total a desembolsar por el trabajo de la Curia en la parte romana del proceso (una vez que ya está acabada la fase diocesana) es de 17.000 euros. Si la beatificación es por un milagro, el Vaticano cobra 1.000 euros más, por lo que sale por 18.000 euros. Se entiende que es más caro este segundo camino por la necesidad de recurrir a una comisión formada por siete médicos encargados de estudiar si se ha dado una sanación incurable para la ciencia gracias a la intercesión del eventual beato.

La información con las cantidades y la distribución de los pagos va acompañada por dos tablas más pequeñas, en las que se detallan los precios del pasado. En lugar de una cantidad fija, los promotores de una causa tenían que abonar cada papel o trámite que realizaba la Congregación para las Causas de los Santos. El reconocimiento del dicasterio al postulador elegido, por ejemplo, salía por 150 euros. Así hasta 19 voces diferentes. Si se pasaba por cada una de ellas, el desembolso total era de 17.240 euros en caso de martirio y de 18.200 cuando había un milagro. Con las canonizaciones ocurría lo mismo: antes había que ir haciendo pagos según los diferentes pasos que se iban superando, mientras que ahora hay una cantidad única a abonar: 7.000 euros.

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El mayor agujero negro: los postuladores

El tariffario que rige todo el proceso mete mano al mayor agujero negro que tenían las causas: el pago a los postuladores. Establece una serie de honorarios máximos que pueden cobrar según los trabajos realizados. Van de los cero a los 10.000 euros, según los casos. También les obliga a mostrar un presupuesto inicial de gastos, que debe obtener la luz verde del dicasterio, y a presentar, junto al administrador, balances anuales en los que explicar dónde se ha utilizado el dinero entregado hasta el momento. (…)