Francisco va siempre por delante. Hasta en la hora de su llegada. Diez minutos antes de la hora prevista ha arribado el Papa a la Base Aérea de Monte Real. Se trata del punto de partida de su visita al Santuario de Fátima con motivo del centenario de las apariciones marianas y la canonización, mañana, de dos de los pastorcillos.
En torno a las 17:10 de hoy, 12 de mayo, llegaba el avión de Alitalia, en el que le acompañaban un total de 70 periodistas que cubren la información vaticana. A ellos les saludó brevemente y les dijo: “Gracias por el trabajo que hacen. Es un viaje un poco especial porque es una visita de oración, un encuentro con el Señor y la Santa Madre de Dios. Gracias por la compañía y vamos adelante”.
Así, durante el trayecto, Francisco envió dos telegramas de cortesía al presidente de la República Italiana, al presidente de la República Francesa y al Rey de España: “Mientras sobrevuelo España por mi viaje a Fátima para una visita pastoral, envío cordiales saludos a Su Majestad y al pueblo español. Rezo para que Dios Todopoderoso os bendiga con paz y fuerza e invoco su bendición divina hacia toda la nación”.
La bandera lusa y la del Vaticano sobresalían, como de costumbre cuando llega a un país, por la ventana de la cabina de los pilotos. Salieron los periodistas y cámaras del Centro Televisivo Vaticano y dos minutos después lo hacía el Pontífice. Sonriente bajaba las escaleras mientras le esperaba el presidente de la República Portuguesa, Marcelo Rebelo De Sousa.
El presidente lo cogió del brazo para hacerse la foto de familia junto al Episcopado portugués y las autoridades locales. Comienzan a sonar las trompetas y el desfile militar que daba la bienvenida al Papa al país.
Escasos minutos después tuvo lugar el besamanos, en el que saludó con un entrañable abrazo al cardenal Manuel José Macário do Nascimento, patriarca de Lisboa y presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa.
“Muchas gracias por venir”, se despedía el presidente para que Francisco pusiera rumbo a la capilla de la base aérea. El Papa se montó en un ‘buggy’ para desplazarse hasta allí ante la atenta mirada de niños y mayores. Todos móvil en mano para fotografiar de cerca a Francisco.
Antes de llegar a la capilla, se detuvo a besar a varios niños enfermos. Jugó con ellos escasos minutos y hasta firmó dos ejemplares de ‘Querido Papa Francisco’ (Mensajero), el libro editado con cartas y dibujos que varios niños han hecho llegar a Santa Marta.
Tras rezar en la capilla, cogió el helicóptero que lo traslada hasta el Estadio municipal de Fátima, donde le espera un coche que lo trasladará al Santuario. Está previsto que a las 19:15 visite la Capilla de las apariciones.