El estreno de la semana: ‘Bajo el sol’
Premio del Jurado en el último Festival de Cannes, la croata Bajo el sol narra tres historias de amor independientes entre sí, que transcurren en tres décadas consecutivas (1991, 2001 y 2011) en dos aldeas vecinas de los Balcanes enfrentadas por viejos odios de raíces étnicas.
Dalibor Matanic se sirve de diferentes personajes, aunque interpretados por los mismos actores, para reflexionar con lucidez sobre las dificultades que debe sortear el ser humano cuando trata de cicatrizar las heridas de la guerra.
Su mirada sencilla y la poesía que encierran sus imágenes acentúan con elegancia la inutilidad de cualquier conflicto, mientras los propios escenarios se convierten en involuntarios testigos sufrientes de la ruina y la redención humanas.
Cine que conviene paladear e interiorizar para no sucumbir al desaliento o la frustración.
Todavía en cartelera: ‘El Círculo’
La protagonista de esta distopía futurista (Emma Watson), adaptación de la novela homónima de Dave Eggers, es contratada por una empresa líder en las conexiones globales de la era digital. Pero lo que sonaba a oportunidad, gracias a un innovador sistema operativo al servicio de la transparencia y el progreso, se torna amenaza para la seguridad y la intimidad.
Ciencia ficción, thriller, drama e intriga conviven en una cinta llamada a ser una parábola explosiva de las sociedades sobreinformadas del siglo XXI, pero cuyo potencial se desdibuja entre esa mezcla de géneros y la frialdad de sus diálogos e interpretaciones (ni el veterano Tom Hanks logra reconducir el rumbo).
Se agradece la intención de Jame Ponsoldt, pero para suspense, tensión y conspiraciones mediáticas, ya teníamos la televisiva Black Mirror.
Ya en DVD: ‘Toni Erdmann’
La realizadora alemana Maren Ade aprovecha el humor envenenado del insólito personaje que da título a esta historia para desnudar las carencias afectivas de una relación paterno-filial entre dos seres tan distintos como distantes: una cualificada ejecutiva colgada del móvil (Sandra Hüller) y su progenitor (Peter Simonischek), un tipo solitario y bromista que se inventa una personalidad ficticia, un alter ego imaginario, para acercarse a ella.
Mejor película europea de 2016 –incluidos director, guión, actor y actriz–, Toni Erdmann enmascara tras una sonrisa uno de los dramas más comunes de nuestras sociedades occidentales. Lo cual no significa que su excéntrico portavoz sea tonto. Ni siquiera se lo hace. Mucho más peligroso –viene a decirnos esta magnífica cinta– es pasarse de listos.