El gobernador de Yakarta, Basuki Tjahaja Purnama, conocido popularmente como Ahok, ha sido condenado por un “acto criminal deliberado de blasfemia” por un tribunal de la capital indonesia. Cristiano de etnia china (el primero en el país con más musulmanes del mundo), su trayectoria política está marcada en buena parte por su defensa de los derechos de las minorías étnicas y religiosas. De hecho, él simboliza perfectamente esa concepción, pues pertenece a la minoría cristiana y a la china.
Eso le llevó, el pasado 9 de octubre, a citar en un discurso una sura del capítulo quinto del Corán, en la que se fija que solo un musulmán puede gobernar a musulmanes. Con ello pretendía defender que no se puede “usar la religión con fines políticos”, legitimando su posición, pues eran muchas las voces en su contra que incluso presionaban a sus seguidores musulmanes con denegárseles el oficio de su entierro en una mezquita por votar a un “infiel”.
Manifestaciones en su contra e ingreso en prisión
Inmediatamente, el Consejo de los Ulemas Indonesios pidió al Estado su condena por “ofensas” a su fe. Tras recibir las disculpas de Ahok, que recalcó que su intención no fue molestar a la comunidad islámica, el Consejo las aceptó y dio marcha atrás en su reclamación.
Pero el caso ha seguido adelante (con el Frente de Defensores del Islam convocando masivas manifestaciones en su contra durante estos meses) y, pese a que la fiscalía pedía libertad condicional para él, ahora ha llegado esta condena civil. Sin esperar a que haya podido apelar, su ingreso en prisión ha sido inmediato.
Ya el propio hecho de afrontar un proceso judicial había golpeado a Ahok el pasado 19 de abril, cuando este perdió en segunda vuelta (había ganado la primera en febrero, aunque por un margen insuficiente) las elecciones con las que pretendía ser reelegido para un nuevo mandato como gobernador de Yakarta, perdiendo ante Anies Baswedan, de fe islámica y quien fue ministro de Educación.
Decisiones controvertidas anteriores
Según recogió en su día Asia News, este no ha sido el único caso en el que el gobernador de Yakarta ha levantado ampollas con sus juicios religiosos. En junio del pasado año, se mostró crítico con la obligación de que las estudiantes debieran llevar el velo islámico en las aulas. Un año antes, también se movilizó en la defensa de los derechos civiles de la minoría ahmadí, considerada herética por el islam suní.
Ahok es uno de los principales referentes del Partido Democrático, la segunda fuerza política del país, y también uno de los más polémicos por estas “campañas religiosas”. De hecho, el propio presidente de la coalición democrática, Megawati Soekarnoputri, llegó a pedir públicamente al mandatario de Yakarta que no opinara sobre estas cuestiones.
Desde el inicio de su mandato, en 2014, el líder cristiano se ha topado con la dura oposición de colectivos y fuerzas políticas islámicas. A la cabeza de todos ellos figura Amien Rais, quien fuera presidente del Consejo Nacional del Pueblo Indonesio y una de las voces más prestigiosas desde el islam en el ámbito político.
Con mucha dureza, ha atacado a Ahok por su origen chino y por su condición de cristiano; motivos que, a su juicio, le invalidan para presidir a los ciudadanos de Yakarta. Con esta decisión judicial, su carrera política podría frustrarse definitivamente.
