“Desde este campo de san Isidro os convoco a todos los madrileños a entregarnos a esta misión: hagamos la cultura del encuentro”. Con estas palabras, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, se ha dirigió a los madrileños en la misa celebrada con motivo de San Isidro Labrador, patrón de la capital.
En una eucaristía celebrada en la Real Colegiata de San Isidro y que presidió junto al obispo auxiliar, Juan Antonio Martínez Camino, Osoro se expresó en torno a tres ejes: “Custodiar, dejarse sorprender y vivir la caridad de Cristo: un reto que nos propone hoy san Isidro Labrador”, explicitó.
El cardenal Osoro aseguró que “necesitamos volver a emprender siempre caminos que llevan a un buen fin. ¿Cuál? El camino del amor al prójimo. Creando comunión en las diferencias”, una propuesta que se puede entender tanto en clave eclesial, como ante la situación de crispación política que vive nuestro país.
Al presentar a san Isidro como “maestro en custodiar”, pidió a los madrileños que “Custodiar es hacer crecer, saber perdonar, dejarnos perdonar y saber pedir perdón, y es orar los unos por los otros. Vivir con este nombre Amor, supone dejarnos curar”.
Todas estas actitudes son para Osoro premisas para “hacer la cultura del encuentro, que es la que, en nombre del Señor, desea, promueve y hace la Iglesia. Os convoco a todos los madrileños, a los que creéis y a quienes buscáis siempre lo mejor, a poneros manos a la obra y hacer esta cultura en este momento de la historia”.
Desde este planteamiento propio del papa Francisco, el arzobispo de Madrid apuntó que “en esta época de cambio, hemos de generar espacios y relaciones para acertar en las transformaciones que hay que hacer”. Por eso, aseguró Osoro, “hacer la cultura del encuentro es un desafío social”. En esta línea “bergogliana”, Osoro instó a los presentes: “Vayamos a las periferias, es decir a los caminos y a las existencias humanas, sociales y personales, a darles su verdadero nombre“.
El arzobispo de Madrid concluyó la homilía con una pregunta a los madrileños: “En esta gran ciudad, ¿qué aporto yo de san Isidro, nuestro patrono?”. Y apostilló proponiéndoles: “Cambiemos la ciudad”.