La Justicia respalda, de momento, al Arzobispado de Zaragoza. Primer revés para el alcalde de la ciudad, Pedro Santisteve, que ve frenada su pretensión de reclamar la nulidad y rectificación de registro que la Iglesia hizo sobre la catedral de San Salvador y la iglesia de La Magdalena hace tres décadas.
Según detalla El Heraldo de Aragón, la juez responsable del caso ha dictado una medida cautelar que suspende el proceso de inmatriculación en el que se ha empeñado el Gobierno de Zaragoza en Común, la marca de Podemos en la capital aragonesa. El auto del juzgado deja claro que informe presentado por la alcaldía no tiene un solo razonamiento explícito sobre la viabilidad de esta acción.
“Tampoco consta en ese informe el más mínimo indicio relativo a los posibles de derechos que pudiera ostentar el Ayuntamiento de Zaragoza sobre los referidos templos, para plantear las acciones que se mencionan en el Acuerdo”, detalla la magistrada.
Primer aviso de la Justicia al alcalde que viene a decir que se asegure bien de que tiene un órdago antes de echar las cartas sobre la mesa, cosa que la jueza duda…
El talante dialogante del presidente de la Conferencia Episcopal se esfuma cuando se plantean asuntos no negociables. Ahí está la corrupción. Ricardo Blázquez se muestra contundente en su carta pastoral de esta semana: “La corrupción es bochorno para los causantes, y provoca comprensiblemente irritación en todos; es caldo de cultivo para empujar a los ciudadanos a salidas falsas de futuro”.
“En nuestros días en que no cesan noticias entristecedoras y oprimentes sobre la corrupción, es una llamada a la catarsis personal y social. La corrupción es lo contrario de la solidaridad de todos en bienes y necesidades”, explica el arzobispo de Valladolid, que defiende que “el camino es el amor fraterno, la unión de los hombres y pueblos, el reconocimiento del mismo Dios Creador y Padre”.
Para Blázquez, “la corrupción es como la gangrena de la confianza de los ciudadanos y de la sociedad en quienes se han aprovechado sin miramientos desde el poder”. Con este escenario, el presidente del Episcopado español reivindica, como ya ha hecho en otras ocasiones, la necesidad de recuperar el espíritu de la Transición para llevar a cabo “una regeneración democrática y ética. Una sociedad democrática digna del hombre requiere el fundamento y la compañía de la moral. Es preciso robustecer la dimensión ética en la vida social”.
No parece que la clase política vaya a tomar nota…
Cuidar de la casa común no es gratuito. Al menos para quienes luchan para que se defiendan los derechos de los pueblos indígenas del Amazonas, quienes buscan evitar que en el corazón de África se explote la tierra ignorando a los campesinos… Bien lo sabe la familia de la hondureña Berta Cáceres. Su lucha contra una hidroeléctrica le costó la vida. Mártir de Laudato si’.
No es la única. Según el informe ‘En terreno peligroso’, elaborado por Global Witness en 2015, se documentaron 185 muertes de personas asesinadas por defender su tierra, sus bosques y sus ríos. Es la cifra anual más alta jamás registrada: tres activistas a la semana. Y según comenta a El País Laura Furones, miembro de esta entidad que prepara para julio la próxima edición del informe, “la situación ha empeorado, en 2016 subió el número de asesinatos y en la primera posición está América Latina”.
Uno entiende ahora cómo en determinados ámbitos empresariales la encíclica de ecología integral del Papa fue recibida con algo más que recelo…