El tráfico de personas en Italia proporciona más beneficios a la mafia que el tráfico de drogas. Este lunes, 15 de mayo, la policía detenía a 68 miembros de la mafia calabresa acusados de controlar con fines lucrativos el centro de acogida de inmigrantes más grande de Europa. Entre ellos, el sacerdote Eduardo Scordio, quien, según L’Espresso, se habría apropiado desde 2006 hasta la actualidad de unos 3,5 millones de euros.
Según las investigaciones, habían conseguido adjudicarse los contratos para el suministro del catering, los servicios de lavandería y la contratación de trabajadores del Centro de Acogida para Solicitantes de Asilo de Calabria y del mismo centro de Lampedusa. “Si la empresa debía repartir 500 menús, solo daban 300 y el resto no comía”, indicó el fiscal en rueda de prensa.
Los mafiosos controlaban desde la sombra la gestión de estos centros de acogida con la colaboración de los gestores del centro: el presidente de la asociación católica Confraternidad de la Misericordia en Calabria, Leonardo Sacco (también detenido), y el sacerdote Eduardo Scordio.
Los detenidos están acusados de asociación mafiosa, extorsión, tenencia ilícita de armas, alzamiento de bienes, malversación de fondos públicos, estafa agravada, fraude y otros delitos fiscales.
Entre 2006 y 2013 el centro recibió 103 millones de euros de fondos de la Unión Europea de los que, según los investigadores, al menos 36 fueron a parar directamente a la mafia.
“No hay que ver a la Iglesia como un museo de ideas medievales o como una reserva de fracasados incapaces de insertarse en la vida moderna, sino como fuente de ‘agua viva’”. Lo dice Kyrill de Moscú, el patriarca de la Iglesia Ortodoxa.
El vaticanista Andrea Tornielli se ha desplazado a la capital rusa para entrevistar al patriarca y charlar sobre la nueva fase de las relaciones entre los católicos y los ortodoxos rusos, y la cumbre en La Habana en febrero de 2016 en la que se vivió un momento histórico con el encuentro de los máximos líderes de ambas iglesias.
“Hasta el encuentro con el papa Francisco, la condición ‘monstruosa’ de los cristianos en el Medio Oriente era casi invisible. Después la situación cambió sustancialmente”, dijo en la entrevista concedida a Vatican Insider.
“Tenemos que cambiar el paradigma del desarrollo en Europa y en los países de donde salen tantos inmigrantes”. Así lo remarcó el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que participó el martes 16 de mayo en un simposio en París auspiciado por la Unesco: “El diálogo social. El acercamiento de las culturas a través del lenguaje”.
Turkson también recordó que “África no puede reducirse a un conjunto de países proveedores de materias primas”. Y añadió: “La solidaridad no puede ser reducida a dar limosna. Debe ser un desarrollo equitativo”, según recoge Avvenire.