La Iglesia venezolana no da un paso atrás al régimen de Nicolás Maduro. La convocatoria de una Asamblea Extraordinaria de la Conferencia Episcopal de Venezuela motivada por la imparable oleada de tensión en el país hacía prever un inminente comunicado, como así ha sido.
En una exhortación que fue presentada en rueda de prensa por su presidente, el su presidente y arzobispo de Cumaná, Diego Padrón, los obispos denuncian que “crece el hambre, crece la violencia y la falta de respeto a los derechos humanos”, destacando el desabastecimiento de alimentos y medicamentos, la desnutrición y falta de salubridad.
“La represión ha arreciado y es cada vez más dura en contra de los manifestantes”, aprecian los obispos para criticar la actuación de los tribunales militares y los grupos paramilitares. “Rechazamos la violencia y la represión desproporcionada”, sentencia la Conferencia Episcopal Venezolana que a renglón seguido lanzan una de las advertencias más duras del comunicado, evitando utilizar el término “guerra civil”, pero dejándolo entrever en sus palabras: “Comienza a vislumbrarse la tentación de una confrontación entre hermanos, la cual abriría un abismo muy duro de superar”.
Los obispos hacen especial hincapié al comienzo del texto en la “comunión y obediencia” al Papa, sobre todo después de que algunas de sus declaraciones fueran utilizadas por el Ejecutivo de Nicolás Maduro para intentar deslegitimar a los prelados venezolanos.
“Lamentamos la tergiversación y manipulación que diversos actores han hecho de sus palabras”, señalan los obispos en un comunicado en el que reafirman además “ la comunión con el pueblo, el cual se está expresando en la calle y en otros ámbitos de la sociedad en defensa de sus derechos irrespetados por quienes están violentando la Constitución”.
Por eso lamentan las que consideran “desacertadas decisiones del Tribunal Supremo de Justicia en las que se evidenció un desconocimiento del orden constitucional” así como la convocatoria de una Asamblea Constituyente, que ven “necesaria y resulta peligrosa para la democracia venezolana, para el desarrollo humano e integral y para la paz social” .
A pesar de este escenario los obispos reiteran su solidaridad activa con los más necesitados desde “la fraternidad caridad y la oración” así como su compromiso por la paz para “abrir espacios de encuentro y diálogo para la negociación de soluciones reales”. Precisamente, lamentan que “para llegar a acuerdos se requiere un diálogo con garantías seguras que en la actualidad no las hay”.
En esta misma línea, también se mantendrán como “denuncia profética” ante todo aquello “que vaya en contra de la dignidad de los ciudadanos y lo que pretenda destruir la paz social, sin dejar de anunciar el Evangelio”. Por eso, animan al pueblo “a seguir expresando sus opiniones de manera pacífica” con el fin de “favorecer el encuentro, el debate de ideas y la búsqueda de propuestas que puedan animar el cambio del país”.
Finalmente reiteran al Gobierno de Maduro que acepte los cuatro puntos que exigió el secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin: “apertura del canal humanitario, liberación de presos y detenidos políticos, pleno reconocimiento de la Asamblea Nacional y vía electoral para saldar las diferencia”.
Finalmente los obispos venezolanos instan una vez más a toda la Iglesia a acompañarles en la jornada de oración, ayuno y solidaridad convocada para el 21 de mayo.