América

“NO rotundo” de los obispos venezolanos a la triste realidad nacional

  • El Episcopado se reúne en Asamblea Extraordinaria para analizar la situación del país
  • Califican de “falsa y malintencionada” cualquier interpretación que dude de su sintonía con el Papa

 





Alarmados por “la extrema gravedad de la situación” que atraviesa el país y por “los desafíos” que esta plantea, los obispos venezolanos reiteran suNO rotundo a las muertes violentas fruto maligno del desprecio a la vida, del odio de Caín hacia Abel (Gn 4, 8) y del rechazo del mandamiento divino: ¡No matarás (Dt 5,16)”. Y, fruto de su compromiso con “la defensa de los valores de la dignidad humana y del bien común”, denuncian “el dúo fatídico ‘represión-muerte’ que nos ha vuelto dolorosa y triste la cotidianidad nacional”.

Los prelados –que se sienten “responsablemente imparciales, pero de ninguna manera neutrales”–han reafirmado esta postura ya conocida en el marco de su XLIII Asamblea Extraordinaria, que tiene lugar del 16 al 18 de mayo en Caracas. Así, en nombre de un Episcopado que reivindica la unidad como “don del Espíritu Santo a la Iglesia”, su presidente y arzobispo de Cumaná, Diego Padrón Sánchez, pasaba revista en el discurso de apertura a todo aquello que hoy les interpela a diario: “Innumerables signos de muerte presentes en el discurso oficialista amenazador, los gestos agresivos, la imagen militarista, la mentalidad de dominio y conquista, los actos de prepotencia, la conducta arbitraria, las progresivas restricciones a la libertad, la mancha de aceite de la corrupción, la ruina del campo y de todo el aparato productivo, el descalabro de la educación, la impunidad frente al crimen, la pertinaz fuga de los ciudadanos y familias”.

Anticultura de muerte

A la luz de este “cuadro de barbarie y violencia”, que ha devuelto al país a una “anticultura de muerte” que parecía ya superada, el presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) califica el estado actual de las cosas al que ha conducido el Gobierno de Nicolás Maduro de “razonablemente injustificable, éticamente ilegítimo y moralmente intolerable”.

Con tono sereno pero firme, consciente de la necesidad de llevar a cabo “un análisis profundo, una interpretación de conjunto y, aún más, un discernimiento en el Espíritu”, Padrón entiende que “es la hora de un examen de conciencia, de una insurgencia espiritual y moral de los líderes y de los ciudadanos que promuevan desde el interior de las personas un cambio radical de la situación del país”. Y, a la vista de los que viene sucediendo en los últimos meses, sostiene que “la legítima protesta en la calle ha de ser pacífica y respetuosa de las personas y propiedades, y una señal de resistencia ética y civil”.

Solidaridad del CELAM

El mensaje del presidente de la CEV recoge también el pronunciamiento sobre la situación de Venezuela que dio a conocer excepcionalmente la XXXVI Asamblea Ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) recién concluida en San Salvador y en la que él mismo participó. en apoyo y solidaridad con nuestro pueblo e Iglesia. Un llamamiento de las 22 conferencias episcopales allí presentes a que las comunidades del continente pongan en marcha “iniciativas de caridad con los hermanos venezolanos” y piensen en “maneras de hacerlas efectivas, a pesar de los obstáculos que puedan presentarse”. Asimismo, pedían que “acojan fraternalmente a aquellos que están migrando hacia diversos países y les ofrezcan con generosidad condiciones de vida digna”.

Comunión con Francisco

Finalmente, saliendo al paso de opiniones y declaraciones que podrían sugerir lo contrario, el arzobispo Padrón aprovechó su intervención para subrayar que “la Iglesia católica camina junto con el papa Francisco” y recordar que “nuestra comunión con él es indiscutible”. “Cualquier otra interpretación –concluye– es falsa y malintencionada”.

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