“Esta fundación es una profecía de lo que debemos hacer los discípulos de Jesucristo”. De esta manera el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, se dirigió a la Fundación Educación Católica (FEC) que ha celebrado esta mañana su 25º aniversario en el colegio Santa Joaquina Vedruna, en Mirasierra. El acto también contó con la presencia, entre otros, del presidente del Patronato de FEC; el secretario general de Escuelas Católicas, José María Alvira; la secretaria general de Confer, Julia García Monge; así como el vicepresidente del grupo SM, José María Felices.
Durante la eucaristía, Osoro destacó la audacia de la fundación de afrontar ayer y hoy el deber de “formar el corazón del ser humano para que esté abierto a Dios y a los hombres”. “No podemos desentendernos de la educación porque aparentemente no tengamos medios para ello”, comentó en una homilía en la que insistió a los educadores en “formar hombres y mujeres con corazones abiertos para que sirvan desde Dios hacia los hermanos, no desde una ideología o viendo al que está en frente como un enemigo”.
“En el fondo el gran problema de la creación está en todo sistema educativo que sea capaz de acaparar la existencia del ser humano desde la originalidad de Dios”, apuntó el cardenal remitiéndose a la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco.
Laicos educadores
Osoro felicitó a los laicos “que estáis llevando a buen puerto esta tarea”, unas palabras para animar a esta entidad que aglutina a 21 centros educativos procedentes de 15 congregaciones religiosas diferentes, lo que se traduce en 17.000 alumnos y una plantilla de 1.600 educadores, de los que un 99,8% son laicos.
Nacida en 1992 de la mano de FERE, como fundación canónica privada de ámbito estatal, fue erigida por decreto de la Conferencia Episcopal Española. Manteniendo su carisma original, la fundación ha creado una red de colegios que mantienen su identidad católica en una apuesta por la innovación educativa desde una apuesta por la evangelización en el aula.
“Somos una gran familia”, defendió antes de la eucaristía Teresa Romo, secretaria ejecutiva de Fundación Educación Católica. “Tenemos muchas razones para estar agradecidos al Señor, motor, centro y protagonista de estos años. Casi estrenamos nuestra mayoría de edad”, explicó esta religiosa del Sagrado Corazón, que mantuvo que ha sido un tiempo “preñado de proyectos, ilusión, de asumir responsabilidades” en el que la Fundación Educación Católica ha crecido en “identidad, responsabilidad y misión”.
“Este proyecto nace de una necesidad de mantener un proyecto catóplico y carismático en un momento en el que las congregaciones religiosas quieren dar respuesta al futuro incierto que se les presenta”, apuntó Teresa Romo, subrayando que “el Evangelio es lo que nos une y en torno a él crecemos, con un proyecto educativo sólido con una pastoral como eje de todo”.
Por su parte, Juan de Isasa apuntó, desde una mirada agradecida, que “teniendo su propia identidad, la fundación no ha renegado del origen de los centros. Se ha hecho un gran esfuerzo de formación en esta línea”. “Educar es un trabajo apasionante en el que la Iglesia ha puesto especial atención y no hay que dudar que en el futuro será así”, aventuró. “La educación en España está vapuleada por los vaivenes políticos y se ha transformado en terreno de arenas movediza lo que hace difícil hacer previsiones a medio plazo”, lamentó el presidente del Patronato de FEC, que está presente en diez autonomías.