El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, nuevo cardenal de la Iglesia. Ha sido una de esas sorpresas a las que nos tiene acostumbrados el Papa Francisco: al finalizar la oración del “Regina Coeli” anunció la celebración de un consistorio para la creación de nuevos cardenales el 28 de junio. Un consistorio reducidísimo: sólo cinco nombres pero cada uno de ellos con un significado muy especial.
Comencemos por el del arzobispo de Barcelona Juan José Omella cuyo “ascenso” se daba por seguro pero no tan rápidamente. Es muy significativo que en sus cuatro consistorios del papa argentino haya incluido un nombre español: Fernando Sebastián, Ricardo Blázquez , Carlos Osoro y ahora Omella; si alguien tuviera aún alguna duda sobre la trayectoria que Bergoglio quiere para nuestra Iglesia esta última decisión tendría que disiparla.
España se confirma como uno de los países con mayor número de purpurados; por orden alfabético son Santos Abril,Francisco Álvarez, Carlos Amigo,Ricardo Blázquez, Antonio Cañizares, José Manuel Estepa, Julián Herranz, Luis Martínez Sistach, Eduardo Martínez Somalo, Carlos Osoro, Antonio María Rouco, Fernando Sebastián.
De los trece cardenales tendrán derecho a participar en el Cónclave los siguientes Blázquez, Cañizares, Osoro y Omella.
De los otros cuatro nuevos cardenales destaca para nuestro ámbito eclesial el del obispo Auxiliar de la Archidiócesis de San Salvador Monseñor Gregorio Rosa Chávez muy ligado a la persona de Monseñor Óscar Romero a cuya canonización podría ya asistir como miembro del colegio cardenalicio.
Igualmente Francisco ha elevado al cardenalato al arzobispo de Bamako (Mali) Monseñor Jean Zerbo, al de Estocolmo Monseñor Anders Arborelius y al Vicario Apostólico de Paksé (Laos) Monseñor Luis M. Ling Magnkhanekhoun.
Con la excepción de Monseñor Omella estamos ante un consistorio centrado clarísimamente en las periferias del mundo y de la iglesia.