Fue la noticia del domingo. El papa Francisco creará cinco cardenales el próximo 28 de junio. Entre los nombres figuran obispos de todos los puntos cardinales. Sorpresa fue la reacción de todos. Y es que, nuevamente, Bergoglio sacó un papel de su bolsillo y habló. Todos, nombrados o no, se enteraban a la vez. Por ello, no es de extrañar que el obispo de Estocolmo, Anders Arborelius (67 años), declarara: “Al principio pensé que era una broma. Fue como un rayo caído del cielo”.
En una entrevista a la televisión sueca (SVT), el que será el primer cardenal de su país relató como se enteró. La realidad es que se encontraba de confirmaciones. Y es que “no había recibido la más mínima advertencia”, recalcó.
El neocardenal estaba “muy aturdido”, porque, pese a la felicidad que le embargaba que “el Papa haya pensado en Suecia”, “no sé si soy digno de tan gran tarea”. No obstante, indica que “es típico de Francisco elegir entre los lugares más alejados, porque quiere reunir a todo el mundo”.
No es común que un obispo auxiliar sea elegido cardenal. Menos aún, que lo sea por encima del titular de su diócesis. Adiós a las jerarquías. El nombramiento de Francisco pilló a Gregorio Rosa Chávez, auxiliar de San Salvador, más descolocado que a nadie: “Es un regalo totalmente inmerecido e inesperado”.
A las 05:00 horas recibió una llamada desde España alertándole de la noticia. “Pensé que era una broma, después me di cuenta de que era verdad”, declaró ante los periodistas que le esperaban esa misma mañana a la puerta del obispado.
Según las palabras recogidas por elsalvador.com, Rosa Chávez admitió sentirse “contento por el país, porque las noticias buenas escasean”. Así, indicó que este nombramiento “fortalece” el proceso de monseñor Romero hacia los altares.
La actualidad vaticana tiene esta semana una fecha crucial. El 24 de mayo el Papa recibirá en audiencia al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La solicitud se hizo hace apenas tres semanas. ¿Quería Trump reunirse realmente con Francisco?
El vaticanista Andrea Tornielli, relata, en una crónica publicada en Vatican Insider , cómo se ha fraguado el encuentro. El cardenal arzobispo de Washington, Donald Wuerl, ha sido clave para que esta cita tenga lugar. Y ha gozado del beneplácito de la Secretaría de Estado vaticana y el nuncio en Estados Unidos.
El primer contacto no oficial vino de mano de intermediarios evangélicos, cercanos al vicepresidente Mike Pence. El 13 de marzo se reunió Wuerl con el nuncio y varios consejeros de Trump en la nunciatura norteamericana. El Papa estaba listo para recibir a Trump, sin embargo, no hubo mucho interés por parte del presidente. El 19 de abril, la Casa Blanca anunció que se pondrían en contacto con la Santa Sede.
No obstante, no fue hasta principios de mayo cuando, después de varias señales públicas, incluso la de Francisco que al volver de Egipto dijo que recibe “a todo jefe de Estado que lo solicita”, cuando se produjo la comunicación telefónica y la petición formal por escrito.