Asesinato de periodistas preocupa a la Iglesia

  • En lo que va del año, siete comunicadores han caído a causa de la violencia que se vive en el país; la CEM hace un llamado a las autoridades para que tomen cartas en el asunto

Asesinato de periodistas preocupa a la Iglesia

La cifra de 33 periodistas asesinados en lo que va del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto no ha pasado inadvertida por los obispos del país, quienes han manifestado su apoyo al gremio periodístico “frente a la situación de violencia y ataques recibidos en el ejercicio de su profesión”.

Tan sólo en lo que va del 2017, siete periodistas han sido asesinados en México, siendo el último el fundador del medio Ríodoce, Javier Valdez Cárdenas, quien fue atacado a tiros afuera del edificio donde se encuentra el semanario en Culiacán, Sinaloa. Valdés Cárdenas recibió doce tiros, como el nombre del semanario que fundó.

También, a finales de marzo, la periodista Miroslava Breach, corresponsal de La Jornada en Chihuahua, fue asesinada, cuando salía de su domicilio, por un individuo que le disparó en ocho ocasiones.

A través de un comunicado firmado por monseñor Alfonso Miranda Guardiola, Secretario General de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el organismo manifestó su solidaridad con los medios de comunicación y las familias de las víctimas, y recordó que el periodista –en palabras del papa Francisco– sigue siendo una piedra angular, un elemento fundamental para la vitalidad de una sociedad libre y plural”.

La CEM dijo que la Iglesia en México es consciente de la agresión que está siendo dirigida a las personas que integran los medios de comunicación en general: reporteros, camarógrafos, editores, jefes de información, directivos, entre otros, por lo que los obispos se encuentran unidos en oración “para que el Señor Jesús, consuele y alivie el sufrimiento y las preocupaciones que invaden a todo el gremio que hoy, siente temor al realizar su tarea”.

“El odio y el rencor –continuó– no deben ser protagonistas en la historia de la salvación, es por eso que nos pronunciamos en la disposición de continuar trabajando con ahínco en favor de la construcción de la paz en nuestra nación. Estamos conscientes de que sólo a través de acciones de solidaridad es posible sanar a la sociedad”.

Tras recordar que la Iglesia tiene el deber de acompañar espiritualmente a las familias de las víctimas de aquellos que han sufrido agresiones, extorsiones, secuestros, asesinatos, a causa de la realización de su tarea informativa, como consecuencia del deterioro social que impera en nuestro país, la CEM también hizo un llamado a “las autoridades civiles para garantizar que todas las personas puedan ejercer con libertad y seguridad su profesión, y a combatir la impunidad y la corrupción que tanto golpea y hiere a nuestra nación”.

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