La llegada
Descartado el helicóptero, pero entre fuertes medidas de seguridad, el presidente estadounidense Donald Trump ha llegado al Vaticano en el coche que está empleando para sus desplazamientos en Roma, para encontrarse por primera vez con el papa Francisco.
En la mañana de hoy miércoles 24 de mayo, pasadas las 8:15 h., llegó al patio de San Dámaso del Palacio Apostólico, que, como es habitual al recibir a los jefes de Estado, lucía en esta ocasión la bandera de los Estados Unidos en una de sus entradas. Ha recibido a toda la delegación norteamericana Georg Gänswein como prefecto de la Casa Pontificia.
Posteriormente, en ascensor, se han dirigido hacia la llamada Segunda Logia del Palacio Apostólico, el lugar de residencia de los últimos papas y que Francisco continúa utilizando para algunos actos y visitas. En este recorrido por el palacio papal, los presidentes son escoltados por la Guardia Suiza y por los llamados “gentilhombres”, título que el Vaticano otorga como reconocimiento a algunas familias.
El momento del encuentro
El papa Francisco ha saludado a Trump –quien ha seguido las indicaciones de protocolo transmitidas por Gänswein– puntualmente a las 8:30 h. en la Sala del Tronetto. Un sonriente Donald Trump se ha hecho las primeras fotos con el Pontífice al acceder a la Biblioteca, donde han conversado apenas un minuto ante un grupo de fotógrafos, periodistas y cámaras. Aunque con semblante serio, Francisco ha sonreído al intercambiar unas palabras antes del encuentro privado. El presidente Trump le ha dicho a Francisco que era “un gran honor” poder encontrarse con él.
El séquito, que incluía, entre otros, a la esposa Melania y a la hija Ivanka –que, fieles al protocolo clásico, han optado por un sobrio conjunto negro, como hicieron en su día otras primeras damas estadounidenses– y su marido Jared Kushner, esperó en la misma segunda planta del palacio.
Media hora de audiencia privada
En el encuentro ha durado apenas media hora, el tiempo habitual de las audiencias con los jefes de Estado, y en él el Papa y el presidente han estado acompañados solamente por dos intérpretes.
Saludo al resto del séquito… y la anécdota de la pizza, que no era pizza
Posteriormente, siguiendo el mismo protocolo, se abrieron las puertas de la Biblioteca y el Papa saludó al séquito americano.
En el momento del saludo con la primera dama, se ha producido uno de los momentos más distendidos de la mañana, cuando el Papa le ha preguntado en español a Melania, mientras señalaba a Trump: “¿Le da de comer potica?”. El traductor ha trasladado la pregunta, y ella se ha sorprendido: “¿Pizza?”. Y enseguida ha reaccionado: “¡Sí!”. Y todos se han echado a reír mientras asentían con la cabeza.
La potica (pronunciado potizza) es un dulce típico esloveno, una especie de brioche. Melania Trump es de origen esloveno, y con el comentario, el Papa quería mostrar lo buen conocedor que es no solo de ese plato (saca el tema siempre que se encuentra con un esloveno), sino de la cultura de origen de la familia presidencial. Pero el hecho de la mala traducción y, sin duda, de que la primera dama no se esperaba un apunte de ese tipo, ha originado una graciosa confusión.
Luego, los Trump al completo se han hecho una foto con el Pontífice; el Papa se ha mostrado más distendido y sonriente que al inicio.
Intercambio de regalos: “Necesitamos la paz”
Antes de la despedida se ha producido el habitual intercambio de regalos. Primero, el presidente Trump le ha dado al Pontífice un lote de cinco libros del pastor estadounidense y referente de la lucha por los derechos civiles Martin Luther King, uno de los volúmenes firmado por él. “Creo que le gustarán”, ha deseado Trump.
Luego, el Papa le ha entregado un medallón con un ramo de olivo como representación la paz, algo que ha hecho también con otros jefes de Estado. En este momento, le ha pedido a Trump que quiere que él sea “instrumento de paz”. Y el presidente ha respondido: “Necesitamos la paz”.
Además, como es habitual, Francisco le ha regalado una copia en inglés del último mensaje de la Jornada Mundial de la Paz, indicándole: “Lo he firmado expresamente para usted”. También le ha dado ejemplares de Evangelii gaudium, Laudato si’ y Amoris laetitia, explicándole el tema de cada uno de los documentos magisteriales. “Los leeré”, ha asegurado Trump.
Despedida
Antes de las 9:10, se han despido muy cordialmente. El presidente Trump se mostró muy agradecido por el recibimiento. “No olvidaré lo que usted me ha dicho”, le ha dicho Donald Trump.
Continúa la agenda de ambos
Inmediatamente, el Papa continuaba su jornada en la plaza de San Pedro, con la audiencia general y catequesis habitual de los miércoles.
Por su parte, la agenda de los Trump seguía con una visita a la Capilla Sixtina y a la Basílica de San Pedro, cerrada los miércoles por la mañana, cuando el Papa imparte su catequesis en la Plaza. Luego, el presidente se ha reunido durante 50 minutos con el secretario de Estado, Pietro Parolin, y el responsable de Relaciones Exteriores de la Santa Sede, Paul Gallagher, antes de verse a mediodía con el presidente italiano, Sergio Mattarella.
Melania Trump visitaba el cercano hospital pediátrico Bambino Gesù, dependiente del Vaticano; mientras que Ivanka Trump mantenía un encuentro con la Comunidad de Sant’Egidio sobre los corredores humanitario para refugiados. La próxima parada para el lídes estadounidense es la cumbre del G7 en la localidad siciliana de Taormina (Italia).
⚡️ El papa Francisco recibe a Donald Trump. Así lo hemos vivido en Twitterhttps://t.co/ZmNG3abaoH
— Revista Vida Nueva (@Revista_VN) 24 de mayo de 2017