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“¿Están los niños? Soy el Papa”

  • Francisco sorprende con una llamada telefónica a los enfermos del hospital que visitará el sábado en Génova
  • La aplicación de la Memoria Histórica en Cáceres o la jubilación digna para los misioneros, entre los otros titulares del día para el director de Vida Nueva





Forma parte de la impronta de Bergoglio. Pero como Pontífice sigue sorprendiendo. El próximo sábado Francisco viajará a Génova donde tiene previsto visitar el hospital infantil Giannina Gaslini. Lo que nadie esperaba es que se adelantara a su encuentro personal con una llamada telefónica.

Así lo hizo ayer, cuando intervino en la emisora local de la parroquia San Martino di Albaro, en un programa semanal dedicado a los niños del hospital. “¿Están los niños? Soy el Papa Francisco”, comentó al otro lado del teléfono, según relata el portal Vatican Insider. A partir de ahí, Francisco les lanzó un mensaje propio de esa ternura que acompaña al Papa argentino desde el minuto uno de su Pontificado: “Voy para estar cerca de vosotros, escucharos y llevaros la caricia de Jesús”. Y junto con su saludo, rezó un Ave María y les dio su bendición.

Adiós a una placa franquista en una parroquia de Cáceres

Es inevitable que ante la llamada Ley de Memoria Histórica y todo lo que ésta conlleva, haya quien identifique directamente a la Iglesia con la dictadura, borrando de un plumazo a Pablo VI, a Tarancón, a tanto sacerdote anónimo… Por eso puede incluso sorprender que el Obispado de Plasencia haya retirado una placa franquista de la torre de la parroquia de Piornal, un pueblo cacereño.

Así lo ha hecho saber la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura. La entidad solicitó la retirada al Ayuntamiento en 2014 que trasladó la petición a la diócesis. Y la placa se quitó ayer. Sin más.

Una jubilación merecida para el misionero

Reunión productiva la que han mantenido entre el Ministerio de Justicia y la Conferencia Episcopal Española. No tanto por los resultados inmediatos de la misma, sino por todos los asuntos a los que se ha dado un impulso que se espera sea definitivo. Sobre todo, en lo que tiene que ver con los misioneros.

Por eso, además del ministro del ramo, Rafael Catalá, y el secretario general de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, se encontraba el director nacional de Obras Misionales Pontificias, Anastasio Gil. La voz de los misioneros en nuestro país viene reclamando desde hace tiempo una jubilación digna para los 13.000 hombres y mujeres que entregan su vida a favor de los empobrecidos en todos los rincones del planeta.

Después de desgastarse entre los últimos, a su regreso a nuestro país se encuentran con una mano delante y otra detrás, o lo que es lo mismo, sin una pensión. No cotizan a la Seguridad Social en tanto que no son contratados por lo que no tienen derecho tan siquiera a una pensión contributiva. Son sus congregaciones las que acogen a estos evangelizadores incansables. Sin embargo, esta situación se agrava en el caso de las instituciones con un carisma eminentemente misionero que no cuentan con obras propias en nuestro país como colegios, residencias… En este caso, las propias congregaciones se ven con escasos recursos para hacer frente a esta vuelta.

La Iglesia no reclama el Estado otra cosa que un trato digno. Reconocer el papel de los misioneros como voluntarios en labores humanitarias, permitiría salvar este vacío legal. Tanto para los religiosos como para los laicos, que actualmente se ven obligados a contar con un convenio especial con la póliza privada correspondiente, frente a las coberturas que sí posee un cooperante.

De ahí la relevancia de esta Comisión Mixta que ha abordado otros temas también de calado, como la modernización del Registro de Entidades Religiosas –en el que vienen trabajando todas las congregaciones religiosas de forma precisa de la mano de Confer- o la adaptación de los estudios eclesiásticos al Espacio Europeo de Educación Superior.

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