Colombia

“¿Cuál es el papel de los creyentes en relación con las víctimas del conflicto?”

Aportes de la última versión de Diálogos en la ciudad, una iniciativa de la Arquidiócesis de Bogotá





El miércoles 24 de mayo se llevó a cabo una nueva versión de “Diálogos en la ciudad”, una iniciativa de la Vicaría de Evangelización de la Arquidiócesis de Bogotá para discernir los desafíos de los tiempos, de cara a la acción pastoral. La actividad intentó responder a la pregunta sobre el papel de los creyentes en relación con las víctimas del conflicto armado en Colombia.

Alejandra Martínez, del Observatorio Arquidiocesano de Evangelización, hizo un balance de la acción que la Iglesia Católica bogotana desarrolló el Domingo de Ramos en alianza con el Centro Nacional de Memoria Histórica para vincular los ritos de Semana Santa con la situación de las víctimas de la violencia en el país. Galerías fotográficas y subsidios de catequesis en relación con el tema hicieron parte de los materiales de una acción conjunta, que tuvo lugar en varios templos de la capital del país y giró en torno a tres ideas: Dios se hace solidario con la situación de victimización de su pueblo; no debemos ser indiferentes frente a lo que ha pasado; en la acción de Jesús de Nazareth encontramos el mejor ejemplo de misericordia.

En medio de la polarización que vive Colombia, y tomando distancia de una postura que propende por la neutralidad institucional, la Iglesia, según Martínez, debe ponerse del lado de quienes han sufrido lo indecible y optar decididamente por la paz. “¿Qué debemos aprender de las víctimas para la renovación de la Iglesia?”. He ahí una de las preguntas que la trabajadora social formuló a los asistentes. Según reflexionó, en la dignidad de las víctimas se revela que Jesucristo es capaz de vencer la muerte.

Iglesias como plataformas

Maria Emma Wills, del Centro Nacional de Memoria Histórica, lamentó que la discusión en materia de paz que hoy por hoy se desarrolla en el país esté perdiendo de vista la dimensión ética del asunto. Destacó el papel que los creyentes pueden jugar para enriquecer la reflexión pública, a partir de su comprensión de los valores de los cuales está hecha la paz. E invitó a que las iglesias se conviertan en plataformas que ayuden a la gente a asumir su compromiso y traducirlo en acciones.

Maritze Trigos, dominica de La Presentación, compartió su experiencia de acompañamiento a la comunidad de Trujillo, Valle, víctima de una masacre cuyos efectos permanecen. Si bien el Estado ha sido condenado por la implicación de algunos de sus agentes en la violencia que ha tenido lugar en el municipio, la reparación ha tardado en llegar y algunas personas se han muerto esperándola. “Una nueva realidad en Colombia no será posible si no hay respeto a los derechos humanos”, afirma la religiosa, quien está convencida de que no puede haber asistencia sin resistencia. Por eso el trabajo que ha desarrollado con los familiares de las víctimas directas de la masacre ha dado relevancia a promover que se constituyan en sujetos de transformación social.

La educación popular ha desempeñado un importante papel para crear conciencia sobre lo sucedido y profundizar los anhelos de cambio, incluso, desde la más tierna edad. Muchos niños y jóvenes del municipio participan del movimiento social de memoria. Ya han visto la luz varios textos de divulgación masiva en los cuales se repasa la historia trágica del territorio, para reorientarla. Maritze les mostró a los asistentes algunos de estos textos y expuso la imagen de personas cuyo recuerdo en Trujillo se constituye en parte de una lucha contra la impunidad. Entre dichas personas se encuentra el padre Tiberio Fernández, párroco mártir del municipio, cuyo trabajo pastoral dejó huellas que aún hoy orientan lo que la Iglesia a nivel local tiene por delante.

“No celebrar la muerte”

La actividad, desarrollada en la sede de la Vicaría de la Inmaculada Concepción, sirvió para compartir ideas y buenas prácticas en favor de la reconciliación. “El camino no es celebrar la guerra ni la muerte”, señaló una de las personas que concurrió al evento. Miembro de una comunidad de fe en el barrio La Castellana, y víctima él mismo de la violencia, el hombre recordó que quienes han sufrido el conflicto no solo están en el campo, también hacen parte de las parroquias urbanas que configuran la Arquidiócesis de Bogotá.

(Fotos: Dila Alexandra Guerrero)

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