Otra vez. El terrorismo vuelve a golpear Egipto apenas un mes después de la visita de Francisco. Y se ceba contra los mismos de siempre: la minoría cristiana copta -representan el 10% de la población-. 28 personas han perdido la vida hasta ahora y 24 están heridas tras un tiroteo perpetrado hoy por 10 hombres contra un autobús que se dirigía al monasterio de San Samuel, cerca de Al Adua, en la provincia de Minia. Además, entre los fallecidos había un niño de 2 y otro de 4 años.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Ricardo Blázquez, presenta sus condolencias por un siniestro que “se une al largo calvario que sufre esta Iglesia cristiana”.
En el mensaje remitido por el cardenal al embajador de la República Árabe de Egipto, Ahmed Shafik Ismail Mahmoud Abdelmoeti, señala, “en nombre de los miembros de la CEE y en el mío propio, nuestro pesar y oración por las víctimas”. Y expresa su “solidaridad con todo el pueblo egipcio y condena “toda violencia terrorista”.
Varios prelados españoles se han sumado a las condolencias remitidas por el arzobispo de Valladolid a través de las redes sociales. El secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, condena la “barbarie” que “sufren de nuevo” los cristianos coptos de Egipto. “Y de nuevo nos unimos a su dolor con la oración y condena”, indica. Así, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, asegura sus oraciones por los “hermanos coptos” y “por la conversión de sus asesinos”. Al mismo tiempo, el obispo de Terrasa, José Ángel Saiz Meneses, condena esta “masacre” al tiempo que se pregunta: “¿Hasta cuándo, Señor?”.
Se trata de otro atentado contra esta minoría, que comienzan a repetirse en los últimos meses. De hecho, el pasado 9 de abril, Domingo de Ramos, el Estado Islámico atentó contra la Catedral de San Jorge (Tanta) y la de San Marcos (Alejandría), en cuyos ataques murieron 46 personas. Pese al estado de emergencia decretado por el Gobierno, según el Ministerio de Interior egipcio, los hombres armados circulaban en tres coches todoterreno, rodearon el autobús, y empezaron a disparar arbitrariamente contra el vehículo. Ningún grupo terrorista se ha atribuido aún el atentado.
En un comunicado, la Iglesia Copta muestra su tristeza por el atentado, ya que siente “el dolor junto a todo el país por esta violencia y este mal, cuyo blanco ha sido el corazón de Egipto y su unidad nacional”.
El papa Francisco también se une al dolor de los cristianos coptos. En un mensaje al presidente Al Sisi muestra su “profundo entristecimiento al conocer el bárbaro ataque ocurrido en el centro de Egipto y la trágica pérdida de vidas y la multitud de heridos que ha causado este acto de odio sin sentido”.
Bergoglio, en el mensaje firmado por el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, señala que es “consciente, de manera particular, de aquellos niños que han perdido la vida”. Asimismo, asegura “a sus familias afligidas y a todos los que han sido heridos en sus ardientes oraciones” y promete su “continua intercesión por la paz y la reconciliación”.
Una vez más, cabe recordar el mensaje que el Papa dejó para la historia en su discurso en la Universidad de Al-Azhar: “El único extremismo que se le permite a los creyentes es la caridad”.