Europa

Francisco a los genoveses: “Jesús cree en nosotros más que lo que creemos nosotros mismos”

  • Tras visitar un hospital pediátrico, el Papa celebra una misa al aire libre en el puerto marítimo de la ciudad
  • Antes, había pedido a los jóvenes que no se conformen con “respuestas ‘prêt-à-porter’”





Durante su estancia en Génova, este sábado 27 de mayo, el papa Francisco ha compartido una comida típica de la región en el Santuario de Nuestra Señora de la Guardia con un grupo de 135 pobres, refugiados, sin techo y reclusos. En el propio templo, pudo saludar y contestar algunas de las preguntas de un grupo de 2.700 jóvenes que han participado en la misión diocesana.

Alegría que nace del corazón

Tras una sencilla oración, el Papa compartió con los jóvenes algunas reflexiones respondiendo directamente a sus preguntas. Prefirió hacerlo así porque los jóvenes no deben conformarse con “respuestas preconfeccionadas, respuestas prêt-à-porter”, aseguró. A partir de la misión diocesana que han desarrollado, el Pontífice les llamó a mantener la alegría de Jesús, que “es siempre una alegría plena, y nadie os la quitará”, una “alegría que está adentro, que nace del corazón y no es superficial”.

Más adelante, les invitó a mantener su actitud misionera, a “dejarse transformar por el Señor. El ser misioneros nos lleva a aprender a mirar con ‘ojos nuevos’, nuestra ciudad, nuestra vida y nuestra familia con ojos distintos. Nos abre los ojos y el corazón. Y así, dejamos de ser ‘turistas’ de la vida para volvernos hombres y mujeres que aman con compromiso en la vida”, por eso, pidió el papa, “tenemos que vivir en misión”. Para ser misionero, concluyó Francisco, “hay que ser testarudos en la esperanza”. Por eso subrayó dos palabras: “¡Horizonte y valentía!”.

Atentos a los pequeños pacientes

Tras la comida, Francisco ha visitado el Hospital Pediátrico Giannina Gaslini, un importante complejo hospitalario con 17 edificios. Además de recibir el saludo del personal, los pacientes habían preparado carteles y dibujos para un visitante tan especial. Entre la gente se repetía un cartel que decía: “En los ojos de quien sufre está Dios”

El Pontífice agradeció a todos los trabajadores la labor que realizan estando “atentos a las necesidades de sus pequeños pacientes, inclinándose con ternura sobre sus fragilidades y viendo en ellos al Señor”. Fieles a los principios que inspiraron los inicios de la fundación sanitaria, les ha pedido que “continúen siendo símbolo de generosidad y solidaridad”.

El Papa ha dejado a los presentes impresionados con sus palabras, al comentar que muchas veces se pregunta “¿por qué sufren los niños? Y no encuentro explicación. Solo miro el crucifijo y me detengo allí”.

Intercesión y anuncio

El último gran acto de la jornada ha sido la misa al aire libre presidida por Francisco en el importante puerto marítimo de la ciudad a las 17:00 h. A raíz de las lecturas bíblicas sobre la Ascensión de Jesús, el Papa ha reflexionado sobre “la fuerza y el poder de Dios”.

El “poder de Jesús”, les ha dicho a los participantes, es el de “unir el cielo y la tierra”, porque Jesús ha hecho posible que “nuestra humanidad esté allí, en Dios, para siempre. Allí está nuestra confianza, porque Dios no abandonará jamás al hombre”.

Francisco ha resaltado que “Jesús verdaderamente está con nosotros y por nosotros: en el cielo muestra siempre al Padre su humanidad”, de la que surge una “palabra clave” del poder de Jesús: la intercesión. En la intercesión, presente en la oración o en la misa, es donde Jesús actúa como “abogado”. Por eso, ha continuado el Papa, “cuando tenemos alguna ‘causa’ importante, hacemos bien en confiársela, diciendo: ‘Señor Jesús, intercede por mí, por nosotros, por esa persona, por aquella situación…’”. Tarea y poder que ha sido confiados a toda la Iglesia. Y, ante tanto cansancio y esfuerzos diarios, el Papa ha invitado a todos a “echar el ancla en Dios”, “confiarle nuestros problemas, las personas y situaciones”, sobre todo en la oración.

Porque la oración, ha insistido, “no es tranquilidad, es caridad”. “Interceder sin descanso es nuestra primera responsabilidad, porque la oración es la fuerza que hace moverse al mundo. Es nuestra misión, una misión que, al mismo tiempo requiere un esfuerzo y da la paz”, ha añadido.

Identidad del cristiano

Con la intercesión, la segunda palabra clave para Francisco es “el anuncio”. El envío de Jesús a sus discípulos es una muestra de que “confía en nosotros, ¡cree en nosotros más que lo que creemos nosotros mismos!”. Frente a las falsas seguridades y comodidades, el Papa invitó a todos a “estar en actitud de salida”, porque esta es “la identidad del cristiano, no es solo para los sacerdotes o las consagradas”, ha recalcado.

Para Francisco, el cristiano “es un peregrino, un misionero, un corredor del maratón de la esperanza: suave pero decidido en su caminar; confiado y al mismo tiempo activo; creativo, pero siempre respetuoso; ingenioso y abierto; trabajador y dispuesto. ¡Con este estilo recorramos las calles del mundo!”, ha concluido.

Una despedida de migrante

Al final de la misa, el arzobispo de Génova, el cardenal Angelo Bagnasco, y los genoveses han agradecido al papa Francisco su visita con un canto popular, interpretado en el dialecto genovés, Ma se ghe pensu…, que es también conocido por ser el canto de los emigrantes genoveses. Precisamente, el cardenal ha resaltado las palabras papales a los trabajadores, el clero, los jóvenes, las familias o los desempleados, para quienes al “faltar el trabajo del lunes, nunca puede ser domingo”; y ha recordado cómo sus abuelos y el que sería su padre salieron hace años de ese mismo puerto. Así, le ha pedido al Papa que, cuando mire al mar, no solo piense en “su Buenos Aires, que lo haga también en Génova”.

Posteriormente, ya en el aeropuerto de la ciudad, ha bendecido en la escalinata del avión una imagen de la patrona de la aviación, la Virgen de Loreto.

Compartir
Noticias relacionadas










El Podcast de Vida Nueva