Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano para la oración del Regina Coeli, en la mañana de este domingo 28 de mayo, el papa Francisco ha querido recordar, una vez más, a los cristianos coptos que han perdido la vida esta semana en un atentado en Egipto. Así, el Pontífice ha expresado su cercanía “al querido hermano Tawadros y la comunidad copta ortodoxa en Egipto, que hace dos días sufrió otro acto de violencia feroz”. El Papa ha recordado que “las víctimas, entre las que había también niños, eran fieles que iban de camino hacia un santuario para orar, y fueron asesinados después de negarse a renunciar a su fe cristiana”. “Que el Señor acoja en su paz a estos testigos valientes, y convierta los corazones de los violentos”, ha deseado Francisco.
También el Papa ha pedido por “las víctimas del horrible atentado en Manchester, el pasado lunes 22, donde tantas vidas jóvenes han sido cruelmente arrebatadas”. “Estoy cercano a las familias y a cuantos lloran su pérdida”, ha asegurado Bergoglio.
Anunciar el amor y la ternura de Jesús
A partir de las lecturas bíblicas de la liturgia de la Ascensión de Señor, el Papa ha insistido en su reflexión en cómo los discípulos de Jesús superan sus miedos tras pasar por “el fuego de la pasión y resurrección”, al dejarles “la inmensa tarea de la evangelización del mundo, que se concreta en el encargo de enseñar y bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Para Francisco, desde la Ascensión, “la presencia de Cristo en el mundo está mediada por sus discípulos, los que creen en Él y lo proclaman”. La Ascensión de Jesús “nos desvela por qué existe la Iglesia: ¡existe para anunciar el Evangelio! La Iglesia somos todos nosotros bautizados. Hoy se nos invita a entender mejor que Dios nos ha dado la gran dignidad y la responsabilidad de anunciarlo al mundo, para que sea accesible a la humanidad. ¡Esta es nuestra dignidad, este es el mayor honor en la Iglesia!”, ha señalado desde la ventana de su estudio en el palacio apostólico.
A pesar de ello, ha resaltado el Papa, “somos conscientes de que esta tarea no depende, sobre todo, de nuestras fuerzas, de la capacidad de organización y los recursos humanos. Solo con la luz y la fuerza del Espíritu Santo podemos cumplir eficazmente nuestra misión de dar a conocer y hacer experimentar cada vez más a los demás el amor y la ternura de Jesús”.
Comunicación que “difunda esperanza y confianza”
El Pontífice ha recordado, además, que en este día la Iglesia celebra la Jornada de las Comunicaciones Sociales. El Papa ha señalado que “los medios de comunicación social ofrecen la posibilidad de compartir y difundir las noticias de una manera generalizada al instante”; por ello, ha pedido que “recemos para que la comunicación, en todas sus formas, sea efectivamente constructiva, esté al servicio de la verdad, rechazando los prejuicios, y difunda la esperanza y la confianza en nuestro tiempo”.
También ha querido dedicar un “pensamiento especial a los representantes de las asociaciones de voluntarios que promueven la donación de órganos, un acto noble y meritorio”, ha definido el Papa siguiendo las palabras del Catecismo.
Francisco ha concluido sus saludos agradeciendo a los genoveses “la calurosa acogida que dispensaron” al papa en su visita del sábado 27.