“En esta locura de profesión en la que me considero sumergida en un constante estado de aprendizaje, el ver reconocido tu trabajo del día a día, con tantas dificultades y alegrías, darte cuenta de que el motor de todo esto no eres tú, sino Alguien mucho más grande que tú… hace que valga la pena seguir en ello”. Con estas palabras, la periodista Irene Pozo recogió el Premio Lolo de Periodismo joven en su VIII edición, que concede anualmente la Unión Católica de Informadores y Periodistas de España, UCIP-E.
Pozo, responsable de producción en 13TV y editora del informativo diocesano de Madrid, recibió el galardón de manos de Ginés García Beltrán, obispo de Guadix y presidente de la Comisión de Medios de Comunicación de la Conferencia Episcopal Española. “La misión de los periodistas, que encarna hoy Irene Pozo, pasa por moler trigo para los demás en forma de comunicación”, apuntó el prelado.
La Jornada de las Comunicaciones Sociales, este 28 de mayo, sirvió de marco para este reconocimiento, en una cita que arrancó con la eucaristía dominical retransmitida por Televisión Española desde la madrileña iglesia de San Francisco de Sales, patrón de los periodistas.
El secretario general de UCIP-E, Álvaro de la Torre, recordó que el jurado decidió premiar a Irene Pozo por “su compromiso profesional con la Iglesia”, en tanto que “imprime a su labor profesional un nítido sentido cristiano y evangelizador”.
Junto a los agradecimientos a familiares, compañeros y amigos, la periodista quiso aprovechar el galardón para rendir su particular homenaje a la fallecida Paloma Gómez Borrero.
“Me cuesta no recordarla casi a diario. Aún tengo encima de mi mesa su funda de gafas esperando a tomarnos un cafelito para devolvérsela…”, expresó Irene emocionada, que ensalzó cómo “Paloma me ha enseñado a tener una gran fe en esta profesión, y una sonrisa siempre en la cara”.
Desde ahí, Irene Pozo invitó a todos los asistentes a que “trabajemos aún más si cabe por comunicar con esperanza y confianza como nos pide el papa Francisco, y que seamos capaces de hacer de la comunicación social una verdadera revolución”.
Remitiéndose al mensaje del Papa para esta jornada, García Beltrán destacó en la homilía que “un cristianismo que se queda a ras de suelo, debajo de las tejas del mundo, sirve para bien poco. Solo un cristianismo que aspira a que Dios sea todo en todos siembra esperanza y nos compromete con la tierra. Cuánto más miro al cielo, más me comprometo con la tierra”.
“Las comunicaciones sociales han revolucionado el ser del hombre”, reflexionó el obispo de Guadix que reafirmó que, más allá de los periodistas, “todos somos comunicadores”.
Por eso subrayó que “hemos de tener una lógica de la buena noticia incluso ante los acontecimientos malos”. Así, presentó a María como “la mejor comunicadora”, porque nos ha traído “la mejor de las noticias”.