El papa Francisco ha comentado el fragmento de los Hechos de los apóstoles en el que san Pablo se despide del grupo de cristianos de Éfeso. A raíz de la lectura, en la misa de la mañana de hoy martes 30 de mayo en la residencia Santa Marta, el Papa ha dicho que “el auténtico pastor sabe despedirse bien de su iglesia, porque sabe que no es el centro de la historia, sino un hombre libre que ha servido sin ataduras y sin apropiarse del rebaño”. El Papa ha dado el título de ‘La despedida de una obispo’ a este texto bíblico.
Así, Bergoglio ha señalado que “llega un momento en el que el Señor nos dice: vete a otra parte, ve de aquí a allá, ven a mí. Y uno de los pasos que debe dar un pastor es el de prepararse para despedirse bien y no hacerlo a medias”.
“El pastor que no aprende a despedirse es porque tiene cualquier atadura nada buena con el rebaño, una atadura que no ha sido purificada por la cruz de Jesús”, ha señalado Francisco.
Bergoglio ha indicado tres actitudes del apóstol Pablo a partir de su discurso de despedida a los efesios. Pablo recuerda que “jamás ha sido un pastor que se haya creado compromisos” –“y hay que tener valor para esto”, ha apuntado Francisco–; ha sido un “pastor que sabe que está en camino”, que es el Espíritu el que guía a la Iglesia y no pretende hacer una “apropiación indebida” de la comunidad, por eso no es un obispo que se resigna porque se jubila, sino que “tiene el corazón siempre abierto a la voz de Dios”; y ha vivido sin ser “el centro de la historia, de la historia grande o de la historia pequeña”, “es un servidor”.
El ejemplo de Pablo, para Francisco, puede ser una ocasión para rezar por los pastores, “por los párrocos, obispos, el papa, para que su vida sea una vida sin ataduras, una vida en camino y una vida donde ellos no se crean que son el centro de la historia y así aprendan a despedirse”, ha concluido.